La APV niega el veto a los buques de Hanjin Shipping en el puerto de Valencia
La Autoridad Portuaria de Valencia ha negado haber vetado la entrada de buques de Hanjin Shipping en el puerto de Valencia. Así lo confirmaban a esta publicación fuentes de Valenciaport, que además aseguraban que ha sido la propia compañía naviera la que ha decidido mantener en la zona de fondeo de la dársena valenciana a sus buques.
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Uno de los buques de Hanjin Spain durante una escala en el puerto de Valencia |
Esta negativa se produce tras las noticias aparecidas en diversos medios de comunicación en las que se asegura que la naviera tendría prohibida la entrada en algunos puertos de la red global que opera.
De hecho, las compañías con las que colabora Hanjin Shiiping han comenzado a informar a sus clientes acerca de la situación de las mercancías que irían a bordo de los buques de la compañía surcoreana.
Es el caso de Cosco, que en el día de ayer emitía un comunicado en el que aseguraba a sus clientes que estaba trabajando para “asegurar que su carga esté protegida”. El comunicado de Cosco habla de una “posible quiebra de Hanjin Shipping”, y afirma que Cosco “va a hacer todo lo posible para cuidar y ejecutar nuestra responsabilidad en la custodia de las mercancías” y asegura que proporcionarán “una actualización sobre la situación de los contenedores tan pronto como esté disponible”. Asimismo, Cosco se mantiene a la espera de recibir “cualquier información sobre la potencial quiebra de Hanjin Shipping para poder proteger mejor los intereses de nuestros clientes”.
Hanjin Shipping se encuentra actualmente en uno de sus momentos más complicados. A finales del pasado mes de abril, la naviera surcoreana impulsó la reestructuración de su deuda y la venta de algunos de sus activos con los que esperaba obtener algo de liquidez. En ese momento, el Consejo de Administración de la naviera decidió declararse en suspensión de pagos y ceder a los acreedores la autoridad para gestionar la compañía, cediendo a las peticiones del Gobierno surcoreano y del Korea Development Bank, su principal acreedor.
La compañía proponía en ese momento vender sus participaciones en operaciones de transporte de graneles, entre otras medidas, además de otros derechos de propiedad, acciones con las que esperaba obtener unos 350 millones de dólares.