Ni los estibadores están bloqueando el ingreso de más trabajadores, ni las grandes navieras huyen del Puerto de Valencia, en los dos casos, lo que ocurre es justo lo contrario. Estas informaciones que vierten los medios de comunicación generalistas tienen como único objetivo el desprestigio de un puerto próspero y eficiente, además de fomentar la contratación precaria, que normalmente viene de la mano de empresas de trabajo temporal. Están basadas en datos manipulados, falsos.

Los sindicatos anuncian que el acuerdo podría firmarse en breve

Actualmente, tanto las empresas como los trabajadores están en plena negociación de su convenio colectivo a través de dos mesas negociadoras, una en la que se sientan representantes de los trabajadores y las empresas y otra técnica, en la que participan los abogados de las dos partes. El documento, garante de la estabilidad y competitividad del puerto, está prácticamente negociado y las partes confían en rubricarlo en pocas semanas.

Las empresas han entendido la demanda de la necesidad de adecuar la plantilla a los requerimientos de los tráficos del puerto y, de los 160 ingresos aprobados el año pasado, todos los que superaron las pruebas de admisión, ya hay 75 en activo y el resto se espera lo esté en fechas próximas. Los estibadores son los principales interesados en que el trabajo se cubra con el personal necesario, lo que no están dispuestos es a que trabaje en condiciones inferiores a las pactadas en el sector.

Las noticias malintencionadas, cuyo contenido no se ajusta a la realidad, que solo persiguen desestabilizar y desregular los muelles, si normalmente están de más, en este momento crucial para los puertos españoles, una de las industrias más productivas del país, sobran especialmente; pues lo que necesita el sector es lo opuesto: un análisis de la realidad certero y constructivo. Es fundamental que todos los agentes que trabajamos en los puertos nos unamos para apuntalar la senda de crecimiento que hemos labrado, para ello es vital, entre otros factores, desmentir los bulos mediáticos.