Valenciaport defiende en una jornada el papel de la RSE como motor de avance
Aldo Olcese, académico numerario de la RACEF y consejero independiente del CERSE (Consejo Estatal para la RSE), defendió ayer éstos y otros planteamientos en su panorámica sobre la actualidad de la Responsabilidad Social de las Empresas en el transcurso de la III Jornada de Impulso de la RSE organizada por la Autoridad Portuaria de Valencia, la Fundación Valenciaport y Aportem.
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Aldo Olcese, Fernando Díaz, Rafael Aznar y Germán Granda |
El presidente de Valenciaport, Rafael Aznar, inauguró ayer, junto al secretario autonómico de Economía, Fernado Díaz, el encuentro, al que asistieron numerosos empresarios de la comunidad portuaria y logística valenciana. Aznar aludió a los beneficios de la RSE en la consecución de un crecimiento no sólo sostenible, sino también inclusivo, esto es un proyecto de suma y colaboración. “La RSE es motor de avance de sociedades y también un buen termómetro del grado de madurez de una organización - señaló el presidente del puerto de Valencia -. Al mismo tiempo, tiene importantes consideraciones desde el punto de vista moral y de fondo y es indispensable a la hora de hablar de transparencia y de buen gobierno”.
“Es importante que haya foros de este tipo, foros en los que se pase a los hechos. Nos enfrentamos a diario a ejemplos de irresponsabilidad social; hay mucho colesterol del malo y estas iniciativas contribuyen a generar colesterol del bueno”, aseguró Aldo Olcense.
Según Olcense, la buena noticia es que la RSE está avanzando mucho, pero aún queda bastaten por hacer. Aseguró que a estas alturas “es rídiculo pensar que el capitalismo humanista no es economicista porque está claro que las empresas están para ganar dinero”.
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La jornada despertó el interés de la comunidad portuaria |
Sin embargo, la doctrina sí prima la concepción del ser humano por encima de la organización, de manera que surge la duda: ¿Puede ser humanista una empresa”. Para Aldo Olcense, claramente sí: “El economicismo a ultranza sólo ha causado ruina y desolación”. Según Olcense, atrás deben quedar los tiempos en los que una empresa, cuyo principal objetivo es sin duda incrementar el valor para sus accionistas, sólo se valoraba por sus resultados financieros. Es entonces cuando aparecen, según el ponente, nuevos factores como el sentido de comunidad, las acciones a medio y largo plazo o la proximidad al entorno y la capacidad innovadora.
“Las empresas están por encima de la organización. Existe una inteligencia emocional que se superpone a la racional y así debe ser porque es bueno para la empresa -prosiguió Olcese -. La organización que se superpone al ser humano no es liberadora de talento ni iniciativa. La empresa que no aprovecha sus mejores recursos, los humanos, se empobrece”.
En la jornada también participaron Germán Granda, director general de Forética, Francisco Milian, chief customer officer de DHL, y Mercedes Gutiérrez, directora de Sostenilidad de IKEA.