“José Luis Vilar, Fernando María Pereda y yo apostamos en su día por Valencia y el contenedor”
Muy pocas personas en Valencia pueden decir que han sido los que más fuerte apostaron por el transporte de contenedores cuando nadie, o casi nadie, lo hizo. Perfecto Palacio, tras cinco décadas inmerso en el sector marítimo y logístico, hace balance para esta publicación de lo que ha sido su periplo profesional
Palacio empieza a estudiar Náutica en Barcelona, termina los estudios de piloto en Santa Cruz de Tenerife y consigue el título de Capitán de la Marina Mercante en 1953, tras varios años navegando entre el sur de España e Italia. Su primer trabajo como oficial lo lleva a cabo en Naviera Pinillos a bordo del “Islas Canarias”, cubriendo el servicio de exportación de cítricos entre el puerto de Gandía, Marsella y Sete. Su siguiente paso será trabajar para Trafrume, con el fletamento del buque, para después pasar a Naviera Lucentum, donde ostenta el cargo de capitán del “Pico de Mulhacén”.
Se incorpora a la empresa Vacumar, agente de Naviera Lucentum y de la Empresa Nacional Elcano, que establecieron servicios conjuntos entre Italia, Francia, España, Brasil, Uruguay y Argentina. En estos años Perfecto Palacio será delegado de estas dos compañías en Brasil.En su regreso a España comienza a trabajar como agente de American Export Line y posteriormente se incorpora a la compañía Prudential Line como jefe de Operaciones del Mediterráneo.
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Perfecto Palacio |
En 1968 se traslada a Estados Unidos, y tras varios encuentros con representantes de Sea Land, se convierte en su agente en España junto a Naviera del Odiel, tras establecer un acuerdo con Fernando María Pereda, presidente de esta sociedad. Ambos adquieren Agencia Dómine en Valencia, que pasa a denominarse Marítima Valenciana en octubre de 1969, donde ambos contarán con el 50% del capital. Será en este mismo año cuando, tras asumir la agencia de Sea Land para la Comunidad Valenciana y Murcia, cuando comiencen a operar el tráfico de contenedores tanto en los puertos de Valencia como en el de Alicante (en esta época, la estiba se realizaba con grúas de pico en ambos enclaves).
La apuesta definitiva de Perfecto Palacio por el tráfico de contenedores en el puerto de Valencia llegaría de una manera que podría calificarse de “casual”. Un accidente en el puerto de Alicante lleva a Palacio a plantear la necesidad de instalar una grúa de contenedores en el puerto, un extremo que la dirección del enclave alicantino de entonces no aprueba. La alternativa, trasladarse a Valencia. José Luis Vilar Hueso, director del puerto de Valencia de entonces, da el visto bueno (el jefe de Explotación de entonces era Rafael del Moral), sentándose el primer precedente en toda España en el montaje de una grúa de un operador privado.
Primera grúa
Con el visto bueno debajo del brazo, Perfecto Palacio viaja a Austria para comprar una grúa del fabricante Liebher, invirtiendo nada menos que 100 millones de pesetas de entonces (sólo la máquina supone un desembolso de 58 millones de pesetas). Esta gran inversión va a llevar a Marítima Valenciana a reunirse con las principales empresas consignatarias y estibadoras de entonces para proponer su participación en “un proyecto y en un tráfico que suponen una gran apuesta de futuro”. Nadie responde al llamamiento, y la compañía decide seguir adelante sola. En 1971 realiza la compra efectiva de la grúa a pesar de no contar con ninguna concesión. Será un año más tarde cuando desde la dirección del puerto de Valencia se conceda una autorización administrativa para instalar la grúa en 1972 en el Espigón Turia Norte. En 1979 Marítima Valenciana consigue una concesión de diez años en el Muelle de Levante para el tráfico de contenedores. Se instala la primera grúa Pacheco y dos trastainers nuevos “En ese momento conseguimos tener una terminalita”, recuerda Palacio. Con el tiempo, esta apuesta comenzará a dar sus frutos. Tras duras negociaciones, la naviera Evergreen decide instalar en Valencia su puerto ‘hub’ en el Mediterráneo, lo que se convertirá en un respaldo no sólo a la gestión de Marítima Valenciana, sino a la proyección internacional del puerto de Valencia. Las principales navieras del mundo ponen sus ojos en la capital del Turia tras el paso dado por Evergreen.
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Primera grúa en Valencia dedicada al tráfico de contenedores |
Sin embargo, no todo serán buenas noticias. Tras uno de los temporales de viento más fuertes que se recuerdan, tres de las grúas con las que opera Marítima Valenciana caen en paralelo al muelle; como consecuencia, dos de ellas quedan totalmente inutilizadas, y la empresa estibadora se ve obligada a reponerlas, suponiendo un desembolso muy importante.
Nueva terminal
1997 será un punto de inflexión decisivo para Marítima Valenciana y el puerto de Valencia. A finales de este año se inaugura la nueva Dársena Sur del puerto, donde se ubicará la nueva terminal de contenedores, donde el Muelle Príncipe Felipe y el Muelle Este proporcionarán a la compañía una línea de atraque de casi 2.000 metros; a partir de ahora, se podrá atender a buques de gran calado y se dispondrán de unas instalaciones modernas y con la última tecnología. Dos años antes, Marítima Valenciana debió encargarse de levantar la superestructura de la terminal: hormigonado total, construcción de edificios de oficinas, naves y talleres, además de instalar 12 grúas, 40 trastainers, maquinaria elevadora y camiones.
Y es entonces cuando Mediterranean Shipping Company, que hasta entonces era atendida por Terport, decide trasladar su operativa a Marítima Valenciana, siendo el salto definitivo de calidad que da la firma. “Hay otras compañías que también tuvieron su importancia y mantuvieron su fidelidad trabajando con nosotros desde sus inicios”. Junto a Sea Land hay que destacar a ZIM (que fue una de las primera en operar en el Muelle de Poniente) o Naviera Pinillos, que “trabajó con nosotros desde siempre, hasta que la Familia Herrera la vendió a Boluda”, afirma Palacio.
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Instantánea aérea del puerto en 1978 |
A finales de 1998, Perfecto Palacio y Naviera del Odiel venden Marítima Valenciana a Dragados SPL por unos 21.000 millones de pesetas. “En esos momentos, hubo muchas presiones para que vendiéramos, aunque no debieron existir. Se nos exigían unas inversiones a las que nosotros no podíamos hacer frente, y al final vendimos la empresa”. Tras salir del puerto de Valencia, Perfecto Palacio hace un último intento por regresar al sector con la compra de una importante empresa consignataria, aunque el proyecto no fragua.
Habiendo pasado los años, Perfecto Palacio reconoce que “hecho de menos al puerto de Valencia; lo he visto desarrollarse desde finales de los años 60 hasta hoy. José Luis Vilar, Fernando María Pereda y yo mismo hicimos una apuesta por el tráfico de contenedores y por el puerto de Valencia en su día. Muy pocos pueden decir que han dedicado 35 años de su vida profesional al puerto de Valencia, además de ver su gran desarrollo que aún sigue en la actualidad”.