Los tinglados modernistas del puerto, cuyo valor patrimonial es inseparable de su carácter abierto y diáfono, corre un grave riesgo de acabar desfigurado, si, finalmente, los usos terciarios previstos acaban alterando de manera permanente su identidad arquitectónica.

“Compartimentar unas construcciones concebidas como espacios abiertos, supone un atentado patrimonial frente al que no vamos a permanecer impasibles”, ha declarado el concejal socialista Juan Soto.

Durante las pruebas de la competición de Fórmula 1, los tinglados albergarán las escuderías reconvertidos en boxes de lujo. Estos usos, se presentan como temporales y reversibles. Sin embargo, “nadie garantiza, más bien todo lo contrario, que el destino final de los tinglados no acabe justificando agresiones patrimoniales con carácter definitivo”.

Sobre el conjunto patrimonial de la dársena interior del puerto, conformado por diversos bienes protegidos, como el edificio del reloj, los tinglados o los docks comerciales, están incidiendo en los últimos años, una multiplicidad de proyectos e intervenciones, algunas de ellas traumáticas y agresivas, que amenazan los valores patrimoniales y arquitectónicos de este espacio singular de la ciudad.

Museo marítimo
Respecto a los docks comerciales, destinados acoger el museo marítimo de la ciudad, con los informes del Consell Valencià de Cultura y la conformidad de la alcaldesa, siguen siendo un bar de copas “esta es una manera de infravalorar nuestro patrimonio”, añadió Soto.