Caos en el interior del Puerto
Desde hace muchas semanas, varios meses ya, los usuarios del Puerto de Valencia venimos padeciendo la insufrible situación del tránsito interior a lo largo del recinto portuario.
Los viales del Puerto aparecen congestionados a diario como consecuencia de las obras y “contra obras” que surgen por todos lados, acompañadas de sus secuelas correspondientes (trasiego de materiales, maquinaria pesada, acumulación de desechos, señalizaciones sin sentido, desvíos, etc.) hasta el punto de haber convertido el Puerto en un auténtico campo de batalla. Tráfico colapsado, horas y horas parados, retrasando los recorridos, las entregas y recogidas, en una incesante orgía de camiones en procesión, con algún turismo incrustado.
Esta situación la padecen de forma general todos los usuarios de la instalación portuaria, pero sus consecuencias resultan especialmente gravosas para aquellos que hacemos del Puerto cada día, de forma inevitable, el punto de origen y/o finalización de nuestra actividad, y nos vemos obligados a transitarlo permanentemente a lo largo de varios recorridos durante un mismo día.
El colapso, la congestión y la acumulación de puntos negros son generalizados y frente a ellos sólo se argumenta la paciencia y la visión de futuro, “ya se arreglará y todo mejorará”. Con seguridad las predicciones se van a cumplir, pues resulta imposible que las cosas vayan a peor, pero la situación actual se ha hecho definitivamente insoportable.
Al parecer la Copa América es la gran responsable y excusa que justifica todo. Y para mimarla y acariciarla todo vale. Además, las necesidades de la Copa han añadido ahora, en el peor momento, el asunto de los controles policiales interiores, provocando más paralizaciones. La Copa América amordaza a unos y a otros, y justifica todas las imprevisiones e irresponsabilidades que están sucediendo. ¡Pues no! los transportistas no aguantamos más, estamos cansados de tanta obra, tanto socavón, tanto indocumentado con una “señalita” en sus manos desordenando el tráfico, y de una Policía Portuaria que ya no sabe donde meterse y deambula como atontada, de rotonda en rotonda, no sabiendo si mover los vehículos hacia el sur, hacia al norte o hacia el mar, que es la tentación más a mano para encontrar una solución definitiva. Horas y más horas perdidas, y profesionales en sus camiones al borde del delirio mental.
Lo más indecente es que desde hace algún tiempo los camiones ya no somos parte de los damnificados, a los que se nos pide paciencia. Al contrario, como la mejor defensa es un buen ataque, ahora somos parte del problema, casi los culpables, y se nos ponen multas y se nos trata como apestados, exigiéndonos que no utilicemos las instalaciones más allá de recorrerlas. No hay sitios de parada, no hay lugares para resolver una incidencia, no hay una mínima zona de servicio a los conductores, nada de nada, sólo obras, colas y paralizaciones, hasta llegar a cualquiera de las terminales de contenedores, en las que nos esperan con los brazos abiertos en una gran cola de varias horas, en el mejor de los casos.
Algunos se preguntarán si esto está pasando realmente cada día en el interior del Puerto o si nuevamente los transportistas exageran y vuelven con sus lamentos y lloriqueos. Debemos comprender la duda, pues, frente a toda esta realidad de ineficiencias y desordenes, los medios se dedican al animado oficio de “sus labores”, ignorando una realidad que conocen, pero no se atreven a denunciar.
El sector del transporte quiere una instalación digna para desarrollar su actividad, quiere zonas adecuadas para trabajar, incluidas localizaciones para parada y estacionamiento, y necesita soluciones para prestar sus servicios en condiciones. Ésta no es nuestra Copa América, los que se benefician de ella que la padezcan, nosotros estamos hartos ya de aguantarla.
ELTC.
Valencia, a 13 de marzo de 2007