Otro de los secretos para cumplir años es, sin duda, rodearse de un buen equipo: “Para mi los trabajadores son familia. Así me lo inculcaron mi padre y mi madre y estoy orgulloso de ello”.
La buena gestión es el tercer ingrediente de esta receta de éxito: “No hemos tenido una deuda en 120 años y es una satisfacción poder decirlo. Y, por supuesto, todo esto se completa con la filosofía de que el cliente es lo primero y siempre tiene la razón”.
El bisabuelo de Ignacio Ramos Tomás inició esta historia en 1903. Le siguieron su abuelo, Ignacio Ramos Sapiña, y su padre, Ignacio Ramos Vila. “Mi bisabuelo era comerciante de muebles y empezó a hacer los trámites para alguna importación. Luego decidió ir a la administración a informarse y formarse y ahí empezó todo. Fue el fundador del Colegio de Agentes de Aduanas de Valencia”, explica el director de Ramos Vila.
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| Ignacio Ramos Tomás y Elena Artero |
Un buen equipo
Ramos Tomás se incorporó a la empresa en 1990, cuando falleció su padre, y su tío, Vicente Gimeno, tomó las riendas. “Empecé desde muy abajo - recuerda - y cuando terminé la carrera de marketing pensé que ya podía ser el jefe. Mi tío me situó y me enseñó que había que ir poco a poco porque así tendría una mejor visión de la empresa y acertó”, apunta. “Tengo un equipo excepcional y dos grandes jefes, Luis Fernández en exportación y Nacho Serrano en importación”, asegura Ignacio Ramos.
Desde 1990 las cosas han cambiado mucho y ha habido una clara tendencia a la digitalización, “aunque hay escollos, como el tema de los servicios paraduaneros, que nos han permitido rebajar el tema del papeleo. Sí es cierto, por el contrario, que los despachos son más rápidos”.
“Pienso que continúa habiendo muchas trabas aduanera y esos impedimentos son,
precisamente, los que hacen que nosotros existamos. Eso y la garantía - prosigue -. Siempre estoy en contra del aval del agente de aduanas pero en realidad ahí radica nuestra fuerza y por eso nos buscan”. Ramos Tomás recuerda que el colectivo siempre ha luchado para conseguir que la garantía la tenga el importador, pero la batalla ha sido en vano: “Si un importador trae un contenedor de muebles y el arancel de IVA son 21.000 euros, yo he de arriesgar 21.100 euros para ganar 100. Los gestores me dicen “tu negocio es una quiebra técnica”. Por eso hay que tener siempre los riñones cubiertos, sin sacar beneficios, para hacer frente a posibles complicaciones”.
Los sistemas operativos sí han supuesto la agilización del día a día de los agentes de aduanas: “Tenemos el sistema TARIC, el número uno en aduanas, y funciona de maravilla.
Emiten el BOE en Madrid y el tema de partidas arancelarias lo realizan ellos, así que lo van enlazando a su aplicación y eso nos facilita mucho el trabajo”, explica el director de Ramos Vila. Pero estas facilidad son garantizan el éxito: “Hay que tener una base. No hay una carrera de aduanas, sí un título, y la mayoría de profesionales se inician muy jóvenes en el sector. En todo caso, sí creo que hace falta una carrera o una formación que asgure una base sólida para saber actuar”, añade Ignacio Ramos.
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| El equipo humano es uno de los pilares esenciales de la compañía |
“En esta empresa familiar el departamento comercial soy yo. Me gusta entrevistarme con el dueño y cerrar los acuerdos. Así lo he aprendido. El resto de la gestión la delego en mi equipo”, continúa.
Respecto al futuro, reconoce el elevado nivel de incertidumbre, “pero he visto tanta y hemos reflotado la empresa tantas veces que creo que seguiremos haciéndolo”.
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