El afianzamiento del tráfico de contenedores en el Puerto de Valencia era una constante a finales de los 80. Casi 3 millones de toneladas movidas a lo largo de toda la dársena, 1,7 millones solo en la -en ese momento- nueva Terminal de Contenedores ubicadas en el antigio desguace de Incolesa, arrojaban grandes cifras en el recinto portuario de la ciudad. En eso se tradujo la apuesta por el contenedor más de una década atrás y, en consecuencia, el aumento de maquinaria y la ampliación general de instalaciones, con la propuesta de la ZAL años más tarde, a mediados de los 90. Y es que la habilitación de las instalaciones en el Muelle de Llovera, y la expansión en el de Levante dotaron al Puerto de un espacio esencial para la mejora paulatina de sus cifras de tráfico. En el 87, el tráfico de contenedores presentó un incremento de casi el 18%, con 300.000 contenedores manipulados y la cifra de los tres millones de toneladas con creces superada.

Grandes navieras eligieron Valencia como puerto base en el Mediterráneo... y hasta hoy (Foto: APV)

Con estos números, Valencia puso el punto inicial de una etapa de referencia en los puertos del Mediterráneo. En 1991, y con el fin de garantizar el futuro de la mencionada Terminal de Contenedores, los responsables del Puerto Autónomo de Valencia (PAV) mantuvieron una reunión de trabajo con los técnicos de planificación de infraestructuras del Ministerio de Obras Públicas y Transporte con la meta de reivindicar la construcción de una vía ferroviaria desde la estación de la Fuente de San Luis hasta la Ampliación Sur, concretamente hasta las instalaciones de la nueva terminal, así como la construcción de un acceso norte para mejorar la competitividad del puerto. Y es entonces cuando empieza a convertirse en recinto base a nivel continental.

La gran apuesta
1992 se puede tomar como el año en que el Puerto de Valencia confirma internacionalmente su consolidación. Fue elegido como base en la ruta de grandes compañías navieras en el Mediterráneo para la escala de los buques de las compañías Cho Yang Line, Senator Liners y DSR Lines. Estas navieras establecían un servicio conjunto entre los puertos de la costa mediterránea y los del Mar Rojo, Golfo Arábigo y Extremo Oriente, bajo el nombre de EMA.

Al año siguiente, otra compañía naviera -United Arab Shipping Company (UASC)- decide utilizar la Terminal de Contenedores como punto de trasbordos. La naviera ya venía escalando en Valencia desde principios de los años setenta, pero aquel hecho no hizo más que reafirmar la posición especial y de referencia del Puerto de Valencia en materia de tráfico de contenedores.

Las instalaciones del antiguo desguace de Incolesa se incorporaron a la Terminal de Contenedores

Poco tiempo más tarde, incluso, la recién denominada Autoridad Portuaria de Valencia (PAV hasta años anteriores) aprobó su participación en el capital social de la compañía Trans European Transport, sociedad encargada de establecer un servicio ferroviario entre las instalaciones portuarias y los puertos de Lisboa y Oporto, para mejorar el tránsito de contenedores interpeninsular, desde Portugal y pasando por Madrid.

Fue otro paso más para la internacionalización del Puerto, ya referente en el Mediterráneo desde ese momento hasta lo que es hoy, 30 años más tarde. Y es que a medidados de los noventa se mantuvo el tráfico de contenedores, haciendo frente a las fases más duras de la primera crisis económica de este período. En el nuevo siglo, se superaría otra, y actualmente ha hecho frente a dificultades derivadas de la pandemia, conflictos geopolíticos y las consecuentes estrecheces provocadas por la crisis energética para continuar siendo referencia en materia de transporte y sostenibilidad.