Un estudio de WFW estima que el 28% del sector marítimo cumplirá con los retos globales de sostenibilidad
Precisamente en este sentido, otra de las conclusiones del estudio es que los armadores están más preocupados por escoger la teconología adecuada para cumplir con los hitos sostenibles que por cómo financiarla. La incertidumbre por la regulación medioambiental es valorada por la mayoría de las compañías de la muestra como la principal limitación en cuanto a la inversión para reducir emisiones.
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Imagen de archivo del Puerto de Valencia |
El sector se muestra cada vez más consciente del tiempo que llevará cumplir con los objetivos sostenibles, por lo que, según la investigación de WFW, el 56% del sector ya está presente en círculos vinculados a la descarbonización del transporte e informan de sus progresos tangibles.
Asimismo, el GNL y el GLP han quedado relegados respecto a otro tipo de combustibles según las encuestas: “Quizá esto se deba a que se consideran opciones de propulsión de transición”, desgrana el informe, aunque la preocupación por los escapes de metano o las consecuencias de la guerra en Ucrania pueden abrirse paso como otras posibles causas.
Mientras, el 91% de los encuestados cree que los mecanismos de compensación serán clave para la reducción progresiva de emisiones. El apoyo en este sentido es menor en América, donde el 28% de las empresas de la muestra considera que los combustibles limpios prácticamente anularán la necesidad del comercio de emisiones de dióxido de carbono y las compensaciones.
Un reto principal
Sea como sea, la descarbonización sigue siendo considerada la meta principal del sector, y las compañías otorgan un lugar central a la implementación de tecnologías verdes: cómo pueden incentivarse o quién pagará la transición son, en conclusión, los asuntos que más altas posiciones ocupan en la industria. Eso sí, la mayoría cree que el cumplimiento de los retos sostenibles a nivel global es una cuestión que ha de ser impulsada por la regulación y no por la acción voluntaria. La encuesta señala que la mayoría opina que la Organización Marítima Internacional, dado su alcance global, debería gestionar esta cuestión, aunque la reputación de lentitud de esta organización está provocando una creciente frustración en el sector.
Además, a pesar del impacto del conflicto bélico en Ucrania sobre los precios mundiales de la energía, esta es una cuestión que la industria marítima no considera de extrema preocupación, es decir, no es vsalorada como una amenaza.
Eso sí, más allá de la descarbonización como reto, las mayores preocupaciones del sector son los nuevos avances y requisitos tecnológicos -también su regulación-, las tensiones comerciales y otra situación extraordinaria como la crisis sanitaria que azotó al sector.