El presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, inauguró ayer el seminario de presentación del informe anual del Valencia Containerised Freight Index (VCFI), que fue posteriormente presentado por Amparo Mestre, directora de Inteligencia de Mercado de la Fundación Valenciaport. Además, el encuentro contó con una ponencia acerca del entorno económico internacional a cargo de Vicente Pallardó.

Amparo Mestre, Vicente Pallardó y Aurelio Martínez

Para Martínez a lo largo de 2022 se irá produciendo, “poco a poco”, un ajuste de los fletes, aunque “habrá que esperar a finales de 2023 ó 2024 para la normalización, a pesar de que no se volverán a alcanzar los niveles previos a la pandemia, cuando las navieras tenían pérdidas constantes y notorias que no van a volver a asumir”. “De momento - aseguró el presidente - en 2022 tendremos que acostumbrarnos a vivir con los fletes altos”.

El presidente del puerto de Valencia explicó algunas de las variables que influyen de manera más directa en la subida de los fletes, la mayoría de ellas consecuencia de la crisis sanitaria, es decir, “variables Covid”, como la congestión, la flota inactiva, el beneficio empresarial o el comportamiento de la demanda global. Otras varias, con las que se empezó a trabajar en los inicios de la elaboración del primer VCFI de Valencia, hace ahora cuatro años, están perdiendo, sin embargo, peso en su incidencia en la subida de los fletes: el coste de la energía, las medidas medioambientales o las restricciones al comercio internacional.

Congestión
La congestión es, según Aurelio Martínez, una de las principales variables que están empujando la subida de los fletes: “Genera retrasos y congestión en los puertos, aumentando los tiempos de tránsito. En febrero de 2022 esta congestión ha retirado del mercado un 11,6% de la flota marítima y eso es gravísimo”. “En abril la situación ha mejorado en comparación con el inicio de año, pero aún hay un nivel importante de congestión en Europa, en el Mediterráneo y, por supuesto, en el puerto de Valencia. Tenemos problemas, eso que quede claro”, apuntó el presidente.

Sin duda, el beneficio empresarial también afecta de lleno a la situación. En 2021 se movieron 800 millones de TEU, 219 millones de ellos llenos, y el beneficio ascendió a 200.000 millones de dólares, es decir, 913 dólares por TEU, una cifra que Martínez calificó de “considerable”.

La incorporación de nuevos buques a la flota de las navieras no será una realidad hasta finales del próximo año o principios de 2024, cuando se prevé que la capacidad de la flota pase de 25 millones de TEU a 31 millones de TEU, con el consiguiente impacto en los fletes. “La flota inactiva está en estos momentos al mínimo”, añadió Martínez.

Con todo, el presidente del puerto de Valencia reconoció que “la realidad desborda cualquier análisis”. “Heredamos en 2021 las secuelas del 20 y surgieron nuevos contratiempos, como la crisis del Canal de Suez, la cuarta ola, los temporales... Hemos tenido al menos un acontecimiento al mes y todos ellos han congestionado la cadena logística”, recordó.