Copa America
Los míticos barcos 12-Metros amarrados en el puerto de la 32ª America’s Cup
La clase 12-Metros ha estado vinculada a la America’s Cup durante años. Fue la clase utilizada cuando la America’s Cup se comenzó a disputar de nuevo tras la Segunda Guerra Mundial, en 1958 y permaneció en uso hasta 1987.
Los 12-Metros fueron los barcos utilizados en el histórico America’s Cup Match de 1983, cuando el Liberty del New York Yacht Club’s perdió contra el Australia II. Fue el final para 123 años y 25 ediciones de victorias de los Estados Unidos.
En 1987, los 12-Metros volvieron a marcar un hito, bajo las duras condiciones de Fremantle, Dennis Conner recuperó la America’s Cup para los Estados Unidos. Después de la regata de 1988, en la que un catamarán estadounidense se enfrentó a un enorme monocasco neozelandés, nació la America’s Cup Class y los 12-Metros pasaron a formar parte del pasado.
Los 12-Metros están ahora en el puerto de la America’s Cup, amarrados en el Superyacht Merina. “Son Vema III” y “Vanity V”, ninguno de los dos compitieron en la America’s Cup, pero no por ello son menos atractivos. Ambos son barcos de los años 30 y tienen ese toque de estilo especial de los barcos construidos en aquella época.
Así, el director de la regata de la 32ª America’s Cup, Dyer Jones, organizó un encuentro de todos los participantes de la America’s Cup que aún tienen algún vínculo con la clase 12-Metros.
La lista de invitados era impresionante y combinó a quienes navegaron a bordo y a quienes contaban sus andanzas en la prensa. Todo en un ambiente de amistad y nostalgia. Allí estaban personajes como Chris Dickson, Grant Dalton y Francesco de Angells.
El ESP 88 del Desafío Español comienza el Act 12 con fuerza
El encuentro más emocionante de la primera jornada de regatas estuvo protagonizada por el Desafío Español 2007 que se enfrentó a los franceses de Areva Challenge.
El Desafío Español ganó este Flight con su nuevo ESP 88 que ha comenzado con fuerza el Act 12.
Según la opinión general este barco transmite una primera impresión de rapidez aunque peca en las maniobras, tras las que necesita una pizca de velocidad para arrancar.