“Durante todo este tiempo, en el que los primeros 16 años hemos navegado prácticamente solos, han pasado por el Máster licenciados, directivos, jefes de departamento, representantes de prácticamente todos los puertos españoles y de puertos de todo el mundo y muchos de ellos están ahora al frente de grandes negocios. Eligieron este máster y, sin duda, se abrieron muchas oportunidades y nuevas ventanas”, asegura la directora de Formación de la Fundación Valenciaport, Ana Rumbeu.

Ana Rumbeu, directora de Formación de la Fundación Valenciaport

Para ella, uno de los principales valores de este programa de prestigio es la presencialidad. “Es cierto que la pandemia obligó a buscar soluciones semipresenciales y todos hemos realizado alguna vez una formación online, pero lo cierto es que desde la Fundación Valenciaport apostamos porque el Máster mantenga su carácter presencial, algo que siempre ha dado muy buenos resultados. Es cierto que requiere un esfuerzo - continúa - pero creemos que es la única forma de garantizar una verdadera formación integral”.

Así, en el Máster en Gestión Portuaria y Transporte Intermodal los alumnos trabajan en equipo y fortalecen sus roles con actividades de outdoor training, clases de comunicación,
presentación de exposiciones y defensa ante los tribunales: “Tienen que poner en valor sus proyectos ante los compañeros y conocer de cerca toda la gestión documental que requiere operación de import-export. Les ofrecemos una visión estratégica que va mucho más allá de mando intermedio o directivo y que para nosotros constituye gran parte del éxito del programa”.

El Máster cuenta con el necesario aval universitario, pero lo cierto es que es el único que se realiza dentro de un puerto, en un entorno profesional portuario y no en la universidad. “Los alumnos no vienen a clase, se aproxima más a un FP dual, es decir, llegan a un entorno profesional, un escaparate senior en el que pueden aprovechar la experiencia y conocimientos de workhops y jornadas…Se convierten en un miembro más de la comunidad portuaria”, apunta Ana Rumbeu.

Actualización
La revisión de contenidos es otro de los pilares del Máster. Innovación, transformación energética o digitalización han irrumpido en el transporte internacional y necesariamente deben incorporarse a la formación de los actuales y futuros profesionales. “Realizamos cambios de manera constante y hasta última hora, buscando la manera de que el Máster responda a las necesidades y la demanda real. Eso sí, sin olvidar la base. Incluimos, por ejemplo, contenidos sobre hidrógeno o cero emisiones, pero no podemos dejar de lado la huella de carbono, la gestión de residuos, toda la actualidad que llega de Europa y las acciones de los puertos, que al final repercuten en las propias empresas”.

En ese sentido, el Máster ha contado siempre con un socio de excepción, Valenciaport, un socio pionero en muchos campos. En formación creó el IPEC que posteriormente daría forma a la propia Fundación y en medio ambiente dio un primer paso con Ecoport, la semilla de los departamentos actuales de Transición Energética. Lo mismo ocurre con las nuevas tecnología, un ámbito en que el puerto de Valencia siempre ha estado a la vanguardia, con iniciativas con el EDI o el PCS, o con la gran tarea que está realizando la propia Fundación Valenciaport en materia de innovación con el Hub de Innovación y Opentop. “Tenemos la suerte de trabajar de la mano de la Autoridad Portuaria de Valencia, que tiene ese ADN pionero. Es una gran ventaja revisar los contenidos de la mano de los expertos del puerto y también de empresas de gran prestigio, lo que al fin nos da el carácter de Máster de Título Propio”, explica la directora de Formación.

Ahí precisamente radica otro de grandes valores del programa: responder a la demanda del sector y distanciarse en positivo de otras formaciones que son oficiales. “Tenemos un componente mucho más empresarial, mientras que otras ofertas del mercado tienen un tinte más académico. Un claro ejemplo de ello es, por ejemplo, nuestra colaboración con las universidades, el Politécnico y la Florida. Tratamos de colaborar con los dos porque al final el Máster se ha convertido en la especialización que requiere el Grado de Logística y Transporte .

De esta forma, ponemos en valor el hecho de que nuestros alumnos tienen como profesores a los empresarios del sector”.

¿Y qué pide el sector? Pues en definitiva que el alumno conozca el impacto que tiene el puerto de Valencia la actividad que realiza la comunidad logístico-portuaria, es decir, que tenga una visión clara del sector que les permita incorporarse al puesto de trabajo o seguir promocionándose con una base sólida. “Por ese motivo, y a pesar de que en líneas generales sea un Máster para directivos, en los contenidos incorporamos talleres de documentación de transporte marítimo, talleres de aduanas, de intermodalidad…actividades que al final suponen un plus para los alumnos que profundizan en los conocimientos operativos y mejoran así su aportación a la estrategia”, asegura Rumbeu.

En ese camino hacia la dirección el Máster trabaja especialmente la orientación. El programa arranca con una primera clase a cargo de Francesc Sánchez, presidente de la Fundación y exdirector general de la Autoridad Portuaria de Valencia, que a lo largo de cinco horas ofrece una visión clara del rol que juegan los puertos en el comercio internacional. “Es ahí donde el alumno empieza a tener esa visión de 360º que luego culmina al final de la formación con los proyectos que deben defender”.

Esta visión general se refuerza, además, con visitas a puertos e instalaciones, más de 25 a los
largo de los meses del Máster, con desplazamientos a los puertos de Sagunto, Castellón y Alicante, a depot de contenedores o a las instalaciones de operadores logísticos de primer orden.

“La siguiente aproximación a la realidad del sector llega con las prácticas. No son obligatorias pero todos los alumnos tienen la opción de realizarlas y son remuneradas. Suponen gran parte del éxito que tiene el Máster en incorporación laboral, con cifras muy próximas al 100% de empleabilidad - explica Ana Rumbeu-. Lo ideales que estas prácticas empiecen en febrero o marzo, de manera que luego exista la posibilidad de que coincidan con la necesidad de las empresas de cubrir las vacantes de personal que surgen en los meses de verano”.

Estas prácticas son remuneradas, de manera que pueden servir para sufragar parte del coste del Máster. En este sentido, Rumbeu insiste en que es una muy buena inversión, avalada por el prestigio y con un 100% de empleabilidad, y en que la Fundación Valenciaport es muy flexible, ya que hay diferentes modos de pagar las cuotas e incluso existe la posibilidad de financiar el programa. Además, hay becas, tanto para el Máster de Valencia como para el internacional.
Para esta edición, la que dará inicio en octubre, se prevén algo más de veinte alumnos, con una media de edad de 32 años. Son promociones en las que la presencia femenina y masculina están muy equilibradas.

A pocos meses del inicio de las clases, Rumbeu quiere que las empresas aprecien el valor de este Máster, que vean que enriquece su plan de formación y que también ofrece la posibilidad de mejorar sus promociones internacional, con la garantía de que contaran con un profesional completamente preparado y actualizado.

Internacionalización
Hace unos años que la Fundación Valenciaport decidió internacionalización la experiencia acumulada con el Máster y lanzó la primera edición en Brasil, una iniciativa que fue un éxito y va por su cuarta edición. Le siguieron Argentina, México o Panamá y se está trabajando en ampliar la formación a Perú y Guatemala. “La primera vez que apostamos por internacionalizar el producto lo hicimos con los mismos contenidos del que se imparte en Valencia, con cuarenta alumnos y presencial al cien por cien. Fue en Barranquilla (Colombia) y fue complicado. En América Latina - prosigue la directora de Formación de la Fundación - hay que ir de la mano de los cambios políticos y adaptar el programa a sus necesidades”.

Ya son cuatro las ediciones impartidas en Brasil y ya está todo listo para la quinta, dos en Panamá, dos en Buenos Aires, una en Colombia y otra en México, aunque todo apunta a que se hará una segunda. “Somos un Máster de título propio y podemos ir donde el sector lo requiera, eso sí, con un contenido diferente al de Valencia. Se trata de una gestión portuaria con enfoque logístico. Por otro lado, nos adaptamos a cada país. Nuestro módulo de aduanas lo imparte un especialista local, por ejemplo. Además, en el caso de Brasil cada dos meses incluimos una semana presencial con profesores que viajan al país y visitas a Brasilia, Salvador de Bahía, Santos o Navegantes, es decir, allí donde existe la posibilidad de albergarnos.

Necesitamos unas aulas en condiciones, así que todo tiene que estar bien empastado con el socio o colaborador local”.

En general, en esta vertiente internacional del Máster los alumnos responden a perfiles de dirección y ocupan cargos de responsabilidad. “Hemos formado en Barranquilla a todo el Consejo de Administración del gremio de terminalistas, con un Máster dedicado específicamente a ellos”, recuerda Ana Rumbeu. “Es una experiencia que está funcionando muy bien, pero que requiere esfuerzo y un apoyo logístico notable”, añade.

Más oferta
Pero la labor de la Fundación Valenciaport en materia de formación de profesionales del sector logístico va mucho más allá del Máster en Gestión Portuaria y Transporte Intermodal. Empezará en breve la tercera edición del curso de maquinista, un curso que ha registrado los mejores resultados, con un 100% de empleabilidad frente a los porcentajes más bajos de otras escuelas tradicionales.

La FP Dual es también un elemento esencial en los planes de formación. La iniciativa surgió de la mano de Propeller Valencia, que trasladó a la Fundación su preocupación por la falta de candidatos que conocieran el sector logístico portuario y se inició poco antes de la crisis sanitaria. A pesar del cambio de gobierno en Valencia, el proyecto continúa con la Conselleria de Educación como aliada y comprometida con esta formación profesional, con este curso de inmersión portuaria. “Trabajamos con cuatro institutos y a través de CECIRE hemos formado a los profesores para que los contenidos que impartíamos se vayan incorporando a lo que ahora se llama el Programa de Especialización Logístico-Portuaria. Es decir - aclara Rumbeu - ahora hay una FP de grado superior en comercio exterior que tiene una especialización de puerto”.

Para seguir mejorando esta formación que en su momento lideró, la Fundación sigue desarrollando materiales y mini cursos y una plataforma que en breve se presentará públicamente y que se llama “empresas simuladas”.