Durante el 2020, las UCI se colapsaron, la hostelería bajó la persiana, las escuelas cerraron para comenzar a impartir enseñanza telemática, los balcones se convirtieron en el único lugar en el que poder respirar aire puro y las ocho de la tarde era la hora para agradecer la función de los sanitarios. A pesar de ser un año en el que todo se paró, los puertos no lo hicieron y demostraron que son esenciales, trabajando intensamente para que la sociedad no quedara desabastecida en uno de sus momentos más difíciles. La pandemia visibilizó la importancia del sector logístico y del transporte. Una actuación que continuó a lo largo de 2021 y que continúa este año todavía marcado por la COVID-19 y el conflicto en Ucrania.
Para recordar estos años extraordinarios y complejos, la Autoridad Portuaria de València (APV), ha editado un vídeo con el que rememorar la labor de la comunidad portuaria, y de todas las personas que hicieron que el mundo no se parase del todo, durante los días más complejos de la pandemia y el confinamiento. Las imágenes ilustran y ponen en valor la actividad de tantos profesionales que posibilitaron que los supermercados estuvieran llenos de artículos, que los sanitarios tuvieran equipos de protección o que las empresas siguieran produciendo. El vídeo ha sido realizado en castellano, valenciano e inglés y puede verse en el portal de youtube de Valenciaport.
Los puertos no paran
Valenciaport empleó todos sus medios para estar al lado de la ciudadanía y ofrecer su ayuda en todos los ámbitos posibles. Los puertos nunca paran, y durante la pandemia siguieron trabajando en primera línea para garantizar el suministro a sus vecinos. Su empeño por conseguirlo tuvo como consecuencia la creación de la iniciativa #AlPieDelCañón. Bajo este paraguas, se diseñó una acción que se centró en atender las necesidades desde tres frentes: económico -para ayudar a las empresas-, social -para asistir a las personas-, y comunicativo -para visibilizar la labor de los profesionales-.
El presidente de la APV, Aurelio Martínez, explica que "el Puerto no es un ente en sí mismo, sino que presta servicio al entramado productivo y a la sociedad. Somos facilitadores de la actividad económica y por ello tenemos que hacer todo lo posible para que las empresas estén activas.
Durante la pandemia hemos actuado con celeridad para poner todos los mecanismos humanos, financieros o sanitarios para que la actividad continuase con normalidad".
Y así lo hizo Valenciaport. Para continuar con esta "normalidad" era fundamental que todos los barcos que llegasen a las terminales de Valenciaport para cargar/descargar realizaran estas operaciones de la forma habitual que en prepandemia y con total seguridad. Amarradores, política portuaria, prácticos, estibadores,… un gran número de profesionales que estuvieron en todo momento al pie del cañón. "Aplicamos todas las medidas necesarias para cumplir los protocolos que exigía la COVID-19, velando por la seguridad de todos los trabajadores que participaban directa o indirectamente de la operatividad, y adaptándonos a las particularidades de cada momento", indica José Martín Tur, jefe de Operaciones de la APV.
En el ámbito económico se llevó a cabo una reducción de impuestos portuarios de 5,6 millones de euros, se adelantó 2,64 millones de euros en bonificaciones pendientes de 2019 y se retrasaron los cobros a las compañías por un valor de 29 millones de euros. "Estas acciones dieron un balón de oxígeno a muchas empresas y trabajadores", apunta el jefe de Gestión Económico-Financiera, José Antonio Morales. "Para la APV -continua- era esencial, ante los problemas económicos derivados de la pandemia, facilitar a nuestros clientes y proveedores herramientas que hicieran su día a día más sencillo y permitieran a las empresas mantener liquidez, posponer pagos y garantizar los ingresos a sus trabajadores".
Desde el punto de vista social, hay que destacar el trabajo que desarrolló APORTEM-Puerto Solidario, un proyecto formado por una treintena de asociaciones, instituciones, empresas y particulares vinculados al sector logístico portuario valenciano, que ayuda a familias y niños en riesgo de exclusión social. Durante el año 2020, APORTEM realizó una gran labor entre los colegios y colectivos más desfavorecidos para introducir la higiene y la protección contra la COVID-19 y atendió las necesidades de las familias de los barrios cercanos a los puertos.
"Somos parte de nuestros barrios, de nuestras ciudades y sus vecinos. Por ello, siempre vamos a aportar nuestro granito de arena para mejorar la calidad de vida de nuestro entorno más cercano, con especial atención a las personas y colectivos más vulnerables", subraya Marta Villalonga, responsable del Gabinete de Presidencia de la APV.
La parte comunicativa se abordó desde una perspectiva en la que se quería dar voz a los profesionales muchas veces invisibilizados de la comunidad portuaria. "El confinamiento nos hizo ver a Valenciaport que era el momento de actuar y mostrar las caras de los hombres y mujeres que estaban aportando lo mejor de sí mismos para que nada parase al otro lado de los muelles. Activamos las redes sociales para difundir el día a día de toda la comunidad portuaria y logística durante la pandemia", afirma Vicent Palaci, jefe de comunicación y relaciones externas de la APV.A través de redes sociales se difundieron 160 vídeos de estribadores, pilotos, policía portuaria, transportistas, agentes de aduana o capitanes explicando su función. El éxito fue tal que pese a contar en un primer momento con testimonios nacionales, la campaña se extendió al ámbito internacional adquiriendo un total de 100 vídeos más en 14 idiomas diferentes procedentes de otros puertos y países como Francia, Panamá, Italia o China.
La mirada
"Los videos son una demostración de la importancia de los puertos y el feedback de la población se obtuvo a través de otra campaña, #ImágenesImborrables, en la que animamos a la gente a fotografiar su entorno, los salones de estar, la calle, los hospitales… lo cotidiano era el escenario de imágenes impensables hasta entonces", explica Francesca Antonelli, responsable de marketing de la APV.
#ImágenesImborrables recibió más de 2.000 fotografías procedentes de más de 1.000 personas distintas y permitió al Puerto de València convertirse en un canal de comunicación de sentimientos. La respuesta de la sociedad fue tan grande que Valenciaport organizó una exposición. Un equipo de periodistas gráficos seleccionó 200 fotos de entre todas las recibidas para realizar una muestra en el Edificio del Reloj que fue noticia en toda Europa y que a pesar de las restricciones fue visitada por más de 3.000 personas.
La clave del triunfo de esta muestra residió en que fue un gran ejemplo de periodismo cívico, la sociedad fotografió aquello que consideraba que necesitaba tener voz, por lo que los ciudadanos se vieron reflejados en la muestra y empatizaron con ella. Entre las imágenes destacan desde pacientes enfermos en los hospitales y médicos agotados por la gran cantidad de trabajo hasta niños asomados en los balcones de sus casas.
Reconocimiento
La labor ejecutada por la APV durante la pandemia ha sido excepcional, tanto es así que ha sido reconocida en un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Este ha destacado la estrategia que ha desarrollado Valenciaport desde el punto de vista operativo, sanitario, económico y social para poner en valor la actividad de la comunidad portuaria para minimizar el impacto de la COVID-19. Una labor que ha traspasado fronteras y que ha recibido varios galardones. Así, la Asociación de Puertos de Cruceros del Mediterráneo (MedCruise) premió a la APV por su gestión en las redes sociales de la pandemia.
Además, se ha convertido en finalistas de la 13ª edición de los Premios de la Organización Europea de Puertos Marítimos (ESPO) en la categoría de Integración Social de los Puertos.
"Estos reconocimientos avalan la función de servicio público de Valenciaport y destacan el valor de transmitir y explicar a la gente la importancia de los puertos para la comunicación entre países y culturas, la generación de actividad económica y su contribución al bienestar de la sociedad", apunta Aurelio Martínez.
En definitiva, la pandemia demostró que pese a ser un año marcado por la incertidumbre y el aislamiento, el Puerto de València fue capaz de darle la vuelta a la situación y ofreció soluciones para cada contratiempo que aparecía. Sus profesionales se han convertido en ejemplos de superación, pues trabajaron diariamente exponiéndose a una enfermedad desconocida mientras la mayoría de la sociedad no podía salir de sus casas. Por esta razón todos los reconocimientos obtenidos son un símbolo del gran trabajado realizado. Una labor al servicio de la ciudad y de la sociedad.