La Marina de València puede presumir de contar con una de las aguas más limpias del Mediterráneo, algo de lo que da fe la constante entrada de grupos de delfines en los últimos años. La dársena, que incluso habilitó una piscina natural en verano de 2018 con un gran éxito entre la ciudadanía, cuenta con numerosos sistemas y protocolos para asegurar la calidad de sus aguas.

Imagen de la dársena del Puerto

Una de las infraestructuras más curiosas e innovadoras es el servicio de recogida de las aguas negras de las embarcaciones, a través de un sistema capaz de llevar su contenido desde la embarcación a la planta de tratamiento de residuos. La extracción de las aguas residuales procedentes, entre otros, de los inodoros, se realiza mediante un sistema de succión que evita el vertido de estas aguas en el mar, de una forma cómoda y eficiente para el barco y la marina.

Además, cada mañana, el personal de marinería realiza una limpieza manual de la lámina de agua y retirada de cualquier tipo de residuo, así como una revisión de todas las embarcaciones para vigilar posibles fugas o vertidos. Todo esto se completa con los encuentros periódicos de recogida de residuos, que reúnen a decenas de voluntarios dispuestos a pasar una jornada dedicada al cuidado del entorno, de la mano de la organización Bioagradables.