Desde los inicios de la aviación, la connotación y uso, tanto logístico como militar, han determinado el desarrollo tecnológico en los cielos. Desde el mítico Barón Rojo, a la guerra del aire de la 2ª G.M, hasta lo que hay ahora, la evolución bélico-aérea ha sido total.

Referenciándonos en la última gran contienda mundial, cada potencia disponía de su propia tecnología aérea y naves insignia. Los japoneses tenían el ZERO, un avión de combate, innovador en diseño, que poseía una maniobrabilidad envidiosa. Hicieron estragos desde los portaviones en los que operaban, dominando los cielos del Pacífico. Los alemanes usaban los STUKAS, bombardero en picado, con característico zumbido cayendo para lanzar sus bombas de precisión. Muchos tanques y blindados destruyeron, además de puentes, vías y demás puntos estratégicos, tanto productivos como logísticos.

Los británicos lanzaron el SPITFIRE, el avión de combate que protagonizó la Batalla de Inglaterra, derribando miles de naves del Eje. Entre el innovador sistema de radar terrestre inglés, la pericia de los pilotos aliados, y la disponibilidad de repuestos inmediata para estos cazas, Alemania perdió notablemente en el cielo británico y no pudo conquistar el Reino Unido.

Churchill, remarcó: -"Nunca en el contexto del conflicto humano, tanto se ha debido, por tantos, a tan pocos" (Never in the field of human conflict was so much owed by so many to so few).

Los americanos, surcaron los cielos con el MUSTANG, que, con una autonomía máxima de 2.200 millas, supuso un punto y aparte es su categoría. Pero obviamente, su avión más históricamente destacado es el Enola Gay, el B-29 que lanzó la 1ª bomba atómica de la humanidad, la Little Boy.

Los aviones evolucionaron tecnológicamente a marchas forzadas durante toda la guerra, con una contribución decisiva en muchas batallas. Pero los cohetes, misiles, y bombas marcaron la victoria final. Los KATIUSHA rusos, lanzacohetes múltiple, fueron el furor de los ejércitos de tierra alemanes, destrozando sus tanques PANTHER y TIGER como churros. Por su parte, los nazis lanzaron, desde la costa francesa, los misiles de precisión V1 a Londres y otras urbes inglesas, haciendo mucho daño. Sus revolucionarios V2 llegaron a producción demasiado tarde, al igual que el desarrollo nazi de la bomba atómica.

Los ingleses, apostaron por atacar bombardeando masivamente, replicando la estrategia de sus rivales. Su jefe de aviación, Bomber Harris, se emocionó tanto, que decidió masacrar Dresden, una ciudad completamente ajena al conflicto, "la Florencia del norte", asesinando a más de 30 mil civiles innecesariamente. Y todos conocemos el final que supieron los bombazos de Hiroshima y Nagasaki.

Hoy, la realidad bélica en los aires es más desconocida, con cazas, misiles y demás artefactos militares ultra-secretos. Hoy se debate si establecer el perímetro de espacio aéreo cerrado en Ukrania. Puede resultar la decisión que espolee a la OTAN, y por ende a los americanos a meterse en la guerra de Putin. Rescatar MIGs para dárselos al ejército ucranio, puede complicar la situación igualmente. Por el momento, el boicot de Rusia genera una disrupción en el transporte aéreo global. Sus grandes ANTONOV van a paralizar toda gran obra, además de mermar la capacidad de carga del mercado considerablemente. Además, las rutas que unen Europa con Asia sobrevuelan el espacio aéreo ruso, las cuales se están viendo forzadas a desviarse más hacia el sur, suponiendo mayor distancia y consumo de queroseno.

Nuestro problema más a temer, es, que estamos a punto de adentrarnos en zona desconocida en la historia. Los misiles y ojivas nucleares representan una amenaza a la humanidad, peor aún que el cambio climático, o cualquier crisis recesiva global. Un intercambio de "botones rojos", resultaría terminal y sobrarían ya las palabras.

La 2ª G.M. se concluyó desde el aire. Hoy puede iniciarse la 3ª G.M. igualmente en el aire...

Ignasi Llibertat