Ganar, ganar y ganar no queda otra...
Jugamos como nunca pero perdimos como siempre. Esa era la mofa popular hasta 2008; la Eurocopa de Austria cambió el sino de nuestro destino y por fin ganamos.
Ganar no es gratis. Sin entrar en salarios y primas, hablamos de talante, saber hacer, experiencia, talento, formas, motivación, trabajo en equipo, estrategia definida y acciones claras. Toda esa conjunción de factores alcanzó el Sabio de Hortaleza, con una generación excepcional de jugadores de fútbol españoles a su mando. ¡Ganar, ganar y ganar! Ese fue el grito de guerra que proclamaba esa legendaria selección antes de salir al campo en cada partido. Vaya tipo más grande nuestro Luis Aragonés. Jugador tosco en sus años mozos, "de jugador era malo, pero era listo" confesaba al grupo de jugadores en una de sus charlas. Como seleccionador, resultó artífice fundamental para ganar la Eurocopa, y su legado derivó en el Mundial de Sudáfrica, y nadie puede ponerlo en duda. Muy grande.
Esta grandeza es extrapolable al mundo de la empresa y la logística. El objetivo final es ganar, y para hacerlo posible, hay que saber hacerlo, tener ganas de hacer, y hacerlo mejor que el contrario. Hay que ir con todo y dejarlo todo en el campo de juego. En cada cotización, en cada booking, en cada carga, en cada despacho de aduanas, en cada ubicación, en cada picking, en cada packing, en cada entrega, en toda la cadena de suministro, hay que estar atentos a las acciones a realizar por cada parte, y conjuntar los procesos para que armónicamente se transporten las mercaderías debidamente. "Ganar, ganar y ganar". Para poder ganar la batalla del día a día, necesitamos mantener vivo el espíritu que inculcó el Sabio de Hortaleza a La Roja. Frente a los días aciagos y complicados que están por venir, el sector privado debe tirar del carro, sobretodo necesitaremos tirar de épica y cojones para que las PYMES sigan ganando sus batallas diarias. Suena utópico, idílico o complicado cuanto menos, pero es situación necesaria y obligatoria para poder mantener la estructura actual. Ahora que muchas multinacionales extranjeras desmantelan su presencia en el país, queda claro que desarrollar la industrialización a gran escala no es pecata minuta. Quizás sea opción interesante reforzar las microestructuras que suponen las PYMES para fortalecer una base estructural en la que poder reconstruir la estructura total.
Este año parece que el motor de la economía se queda parado. Sin turistas, no hay ingresos. Con una industria castigada, decreciente en competitividad y eficiencia, siempre nos quedará el sector agroalimentario, de momento. A ver hasta dónde nos llega vendiendo pepinos y tomates… Siendo realistas, este ejercicio ha sido, es y será difícil. Todos los cambios lo son, pero seguimos siendo un gran país con posibilidades infinitas y podemos ganar en esta nueva normalidad por llegar. No todos tenemos el talento de Iniesta, Xavi o Silva, ni el físico de Puyol, Ramos o Torres, pero todos podemos mantener viva la llama de don Luis dentro de nosotros mismos, esforzándonos concentrados en lo que hacemos, para hacerlo mejor que el competidor y ganar. Estudiar, planificar, entrenar y salir al campo a por todas, a dejarlo todo, a por ellos. Sabemos hacerlo, nos lo demostramos a nosotros mismos y podremos volver a hacerlo. Ganar, ganar y ganar, no queda otra.
Ignasi Llibertat