Vivimos tiempos movidos, mejor afrontarlos organizados.

La logística es en esencia organización, control, tiempos, costes y formas. Los orígenes de la logística moderna son militares, y ¿qué organización superior existe a la militar? Hmmm… ¿Las grandes corporaciones globales? ¿Los Gobiernos, ¿Las Empresas Públicas? ¿Las PYMES? Hmmm… No queda claro, pero la realidad es que para ser logísticamente competitivo, el factor de la organización de la logística resulta clave. Pero, ¿cuántos tenemos organizadas nuestras empresas logísticas en el país? El análisis debe desgranarse entre todos los gremios que conforman la logística actual o antigua en la nueva realidad post-COVID19: despachantes de aduanas, transitarios, agentes, logísticos de almacén, distribución capilar, última milla, y los actores intermedios existentes. Hay mucho participante en un mercado decreciente en el corto plazo. La gran incertidumbre en todos factores de la Economía y la Sociedad, no ayuda a organizarse, pero da pie a pararse a pensar en el negocio actual y venidero. Tener una visión clara del posicionamiento en el mercado y tener una estrategia de negocio válida en la nueva normalidad, la organización puede trabajar de manera más eficiente y eficaz. En la crisis del 2008, los productores españoles se vieron forzados a salir al exterior debido a la estrepitosa caída de la demanda nacional, con el pánico que le tenían a exportar, se tuvieron que adaptar para proseguir con sus negocios. No hay mal que por bien no venga. En una década nuestros productos se exportan a todo el globo, lo cual genera negocios logísticos necesarios, en los que todo el sector está involucrado de una manera u otra. Ahora afrontar la crisis post-pandémica puede resultar más fácil de lidiar que antaño sin apenas empresas exportadoras.

En la logística internacional, parece que un nuevo paradigma está por llegar. No queda clara la preponderancia en la producción fabril china, su transformación o deslocalización hacia otros países de Asia o India. Los gobiernos japonés y coreano instan a retornar las fabricaciones esenciales a su país, por menguar la dependencia del socio chino en momentos críticos. Las empresas americanas parece que no pueden repatriar las producciones por motivos evidentes de diferencia de costes y calidades, pero parece que están optando por la estrategia 'China+1', mediante la cual mantienen las producciones en China, desviando parte de ella a otros países gradualmente. Los costes que se obtienen en China con sus clústeres productivos bien engrasados, es inalcanzable en estos momentos en el mundo occidental. A corto plazo las producciones masivas de bajo coste seguirán saliendo del gigante asiático, no hay duda, pero Vietnam, Tailandia, Indonesia, India, etc. van ganado terreno a medida que sus infraestructuras, así como la formación de la mano de obra cualificada han ido mejorando de manera exponencial. El gobierno chino, de talante militar, parece tener claros los concepto y sus planes de acción bien organizados, ¿por eso habrán invertido miles de millones de dólares en construir la Nueva Ruta de la Seda (BRI)?

Si una organización está bien preparada para afrontar cambios, adaptarse a las posibilidades reales del mercado y ofrecer un buen servicio logístico, todo debería ir bien, (mientras no se padezca de cash-flow). En España poseemos un elenco de empresas con gran tradición, talente profesional, negocios importantes, provechosos y bien organizados. Logísticamente deben tirar del carro, resultando espejo al que mirarse para organizaciones menos organizadas, para remontar todos juntos.