La banda o cinta de Moebius es uno de esos objetos geométricos que rozan la magia. No es más que una cinta de papel (en principio) cuyos extremos se han unido girándolos. De modo que simboliza la naturaleza cíclica de muchos procesos, la eternidad, el infinito y otras acepciones similares. Cumple con la doble paradoja de tener una sola cara y un solo borde.

Es un objeto de dos dimensiones que hace muchos años se coló en nuestro mundo tridimensional. No es orientable, es decir, se invierte en sentido de los objetos que viajan sobre ella, de modo que, si se dibuja una flecha sobre la banda y se mueve a lo largo de su única cara, observaremos que cuando regresa al punto de partida, la flecha ha cambiado de sentido.

De ahí la razón que sea el símbolo (verde) internacional del reciclaje y que signifique el fin cíclico de las decisiones y los materiales. Dicho esto, hagamos lo que hagamos, todo vuelve al punto de partida, entrando en un bucle. Y ahora vamos a entrar en las huelgas y en los acontecimientos que hemos venido y estamos sufriendo en la cadena de suministro. El primero de la cadena es el que produce las materias primas, si hace huelga, el que fabrica no puede efectuar su papel. Si el que produce, ejerce su derecho a la huelga, no produce, ergo no le llega el producto al que transporta hasta el distribuidor. Si lo hace el que transporta, sea por tierra, mar, aire, ferrocarril u otro medio conocido, el distribuidor no entrega al punto de venta.

¿Y si el punto de venta decide parar, reclamando sus reivindicaciones?, pues que el consumidor final (*) no tiene posibilidad de comprar aquello que consume. (*) Llámese a aquel que consume y por lo tanto el único que soporta todos los costes, impuestos y tributos por el camino, lo que incluye ese tan conocido como "amado" IVA. Pero claro, el consumidor final, además de ser el último eslabón de la cadena, también podría ser el que decide bajar los brazos y no consumir, por lo que el ciclo volvería hasta el punto de partida, como el reciclaje, hasta el que crea las materias primas, que pararía porque no tendría que hacer con ellas.

¿Cuál es el punto de inflexión? ¿Y quién es el actor de la cadena de suministro global que ostenta mayor poder? No me atrevo siquiera a pensarlo, por lo que lo dejo a Vds., aquellos que me conceden el honor de leer a este inconsciente. Inconsciente que conscientemente ha omitido ponerle la gorra de "huelguista" a aquellos que nos vienen administrando desde tiempos remotos, porque al fin y al cabo aquellos que tenemos la riqueza de poder ejercer el sufragio universal somos quienes los señalamos para administrarnos, aunque no acaben de cumplir el cometido para el que los elegimos. En síntesis, es como para salir corriendo, pero no muy deprisa ni muy lejos, no vaya a ser que los terraplanistas fueran a tener razón y al poco rato de la marcha cayésemos a los más profundos infiernos. Infiernos diferentes, según el credo que cada uno tenga a bien considerar. A ver, Damas y Caballeros, si somos capaces de discutir (que no reñir), por lo que consideramos nuestro, sin fastidiar al siguiente de la cadena y así sucesivamente, porque nos vendrá la "flecha" de vuelta, por detrás. "Me han dicho que eres un egoísta. ¿Egoísta, yo? Pues que me den a mi" (Cuento Popular)
(mrocher@operplus.com)