El sector marítimo, un foco de innovación y creación de empleo
A lo largo de las últimas semanas y meses, una parte importante de la opinión pública ha puesto su atención en el Puerto de Valencia por la polémica generada en torno a su proyecto de ampliación. Esto ha posibilitado que el público se acerque un poco más a la realidad del sector y conozca las perspectivas y posibilidades en términos de creación de empleo, con cifras nada desdeñables. Como director del Máster Universitario en Gestión del Negocio Marítimo y el Derecho Marítimo de la Universidad Europea de Valencia, y como abogado en especialista en asesorar al sector empresarial en este ámbito, me gustaría hacer una reflexión al respecto.
Esta cuestión, la de la empleabilidad y las perspectivas de futuro en el sector marítimo, da lugar a un escenario de partida muy amplio. Por eso, en este artículo me limitaré a dos de sus ámbitos principales, que son el sector del transporte de pasajeros y el transporte de mercancías; actividades que no pueden desligarse del sector logístico en general. Desde luego, como ha podido verse, especialmente en durante la pandemia, se trata de un sector crucial para la subsistencia de las economías locales. En el último año y medio las economías se han frenado drásticamente, se ha suspendido la actividad comercial, y se han cerrado miles de negocios; sin embargo, la actividad portuaria se ha mantenido, en cuanto que prestadora de servicios esenciales para la comunidad, y para su subsistencia.
No obstante, se tiene una percepción limitada de la importancia del sector, no sólo para las economías particulares, sino para las regionales y las nacionales. Para ilustrarlo, sigamos con el ejemplo del Puerto de Valencia.
Según el último ranking de conectividad portuaria mundial elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) de 2020, Valencia es el puerto con mayor conectividad de España, el vigésimo primero a nivel mundial y el cuarto de Europa. Así se desprende de los datos del Liner Shipping Connectivity Index (LSCI), que analiza y mide un conjunto de datos sobre conectividad del transporte marítimo en línea, atraques y escalas en los puertos de contenedores del mundo.
Algunos de los datos más relevantes compartidos por la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ese mismo año muestran la importancia que tiene su efecto directo en el volumen de empleo.
Los datos son claros: 7.300 empleos solo en la comunidad portuaria, más otros 16.350 empleos directos, más de 3.800 indirectos y 11.380 inducidos. La suma de los propios trabajadores de estas infraestructuras junto con su impacto económico total se cifra en un 2,10% del empleo total de la Comunidad Valenciana.
En este sentido, la nueva Terminal Norte de Contenedores, que tanta polémica está despertando, sería una infraestructura vital para el Puerto de Valencia. Según un informe a cargo de a la Universidad Politécnica de Valencia, en 2030, con la nueva terminal a pleno funcionamiento, el impacto económico del puerto de Valencia representará en términos de valor añadido el 2,27 % del conjunto de la Comunidad Valenciana. El empleo superará los 44.000 puestos de trabajo, con un salario medio estará en torno a los 32.000 euros anuales. En su conjunto, el puerto de Valencia representará el 2,2 % de todo el empleo de la Comunidad Valenciana. Estas cifras nos dan una idea de la capacidad del sector marítimo, y pueden ser extrapoladas, por supuesto, porque no es un tema local. Si hay algo internacional en sí mismo es el transporte por mar.
A nadie se le escapa que la navegación ha sido durante siglos la principal forma de transporte, además de un medio clave para conectar ciudades costeras, países y continentes. En la actualidad, alrededor del 90% del comercio mundial se lleva a cabo por la industria marítima internacional. Además, junto al transporte ferroviario, el transporte por mar es el más económico y eficiente para viajar y transportar mercancías desde punto de vista medioambiental, un aspecto clave para el presente y el futuro.
Así, aún a pesar de las incertidumbres geopolíticas, el futuro del sector es muy prometedor, y la UNCTAD prevé una expansión del comercio marítimo internacional a una tasa promedio de crecimiento anual del 3,4 % en el periodo 2019-2024, impulsado sobre todo por un aumento de los contenedores, los graneles secos y el gas. Podríamos dar muchas referencias económicas, y siempre encontraríamos que, pase lo que pase a nivel mundial, estamos ante un sector imprescindible para la economía, y por ende para la empleabilidad.
Por otro lado, la industria del crucero ha experimentado un creciente proceso de popularización a nivel mundial, alcanzando un nivel de enorme significación en la economía global, con cada vez más cruceros y embarcaciones recreativas partiendo de los más variados puertos alrededor del mundo. En este sentido, no quiero dejar de mencionar un hito también relevante para el Puerto de Valencia, que consiste en la selección de Balearia como la naviera que va a ejecutar la construcción y gestión de la nueva terminal pública de pasajeros. Sin duda, un fuerte estímulo con impacto internacional.
Es evidente que, con este horizonte económico, las previsiones de crecimiento del empleo en el sector sean tan positivas, ya que se trata de un sector que precisa de más profesionales formados para cubrir áreas especializadas entre sus filas. En los últimos años se han dado notables cambios en la forma de operar, innovaciones derivadas de la tecnologización de esta industria y la adaptación a la necesaria sostenibilidad han comportado una necesaria acomodación. Por ello, la formación es una pieza esencial, toda vez que las nuevas formas de hacer requieren un proceso de conciliación continuo que pasa por la instrucción y el conocimiento, de forma que ésta es el puente tanto para acceder como para permanecer en este mercado laboral en el mundo de la logística, el transporte, y en el ámbito empresarial, particularmente el marítimo.
Las posibilidades de empleo son muy variadas: empresas aduaneras, transitarias, navieras, puertos recreativos, autoridades portuarias, despachos profesionales, empresas de logística multimodal… el universo es inmenso e inacabable. En todo caso, la empleabilidad, el futuro de los profesionales que trabajan en este sector, pasa por dos ejes: la especialización y la adaptabilidad. La primera, necesaria por ser un ámbito laboral muy específico, y la segunda, por las exigencias derivadas de las nuevas tecnologías y por el peso que está ganando la sostenibilidad, pilares sobre los que se está construyendo, desde el presente, el futuro del sector.