Editorial
Incertidumbre ante la ampliación del puerto de Valencia
El cambio que se va a producir al rente del gobierno español, tras los resultados de las elecciones generales celebradas el pasado domingo, está genrando una situación de incertidumbre e incluso de pesimismo sobre la ejecución del proyecto de ampliación del puerto de Valencia.
El Plan Estratégico elaborado por la Autoridad Portuaria de Valencia, presentado a la sociedad valenciana y que tanto sus autoridades, instituciones y representantes políticos como el mundo empresarial habían aprobado por la importancia que tienen los puertos de Valencia y Sagunto para la economía y bienestar social de nuestro entorno, ya se está cuestionando.
En la prensa general ya han aparecido informaciones acerca del posicionamiento del próximo gobierno a favor del puerto de Sagunto, cuando ambas ampliaciones, tal como ha quedado demostrado, son necesarias para atender los crecimientos de los distintos tipos de tráficos que se manipulan por estos dos recintos portuarios.
Si los profesionales del sector ya tenían sus dudas sobre la ejecución de los proyectos en forma y tiempo, tal como estaban diseñados, ante el cambio de gobierno, situación que siempre produce retrasos, el panorama es todavía más pesimista tras los últimos comentarios aparecidos en prensa y las especulaciones que están surgiendo.
De todas formas, hay que ser optimistas en cuanto a la asunción de los proyectos del Plan Estratégico por el nuevo gobierno, ya que los responsables del Patido Socialista en la Comunidad Valenciana ya dieron su aprobación a los proyectos de ampliación de los puertos de Valencia y Sagunto en la reunión que mantuvieron con los dirigentes de la Autoridad Portuaria de Valencia antes de las elecciones.
La necesidad de ampliar las instalaciones portuarias para atender los diferentes tipos de tráficos que se manipulan en la actualidad son un hecho innegable y el planteamiento realizado por la Autoridad Portuaria de dividir esta ampliación entre los puertos de Sagunto y Valencia, especializando cada recinto portuario pro tipos de mercancías, parece la solución más acertada.
Sobre todo si tenemos en cuenta que de esta manera no hay ningún efecto negativo con la ampliación diseñada para Valencia en su entorno geográfico y, además, se especializa en el tráfico de contenedores, con el fin de mantener su estatus de puerto interoceánico.
Está claro que el tráfico de contenedores no se puede dividir, ya que cada día los buques son más grandes (hay que recordar que este mismo año está prevista la entrada en serviciode unidades con capacidad para 9.000 TEU) y requieren instalaciones y, sobre todo, gran capacidad de concentración y distribución de cargas, tanto por vía marítima, a través de buques feeder, como por vía terrestre, tanto ferrocarril como carretera.
Por todo esto, parece lógico pensar que los proyectos contemplados en el Plan Estratégico de Valenciaport se van a realizar tal como estaban previstos y en los plazos acordados, ya que las mercancías y los buques no pueden esperar y buscarían alternativas que luego son difíciles de cambiar. Esto no se debe permitir por el bien de la economía valenciana, en concreto, y española en su conjunto.