Editorial
Los puertos frente a la incertidumbre
Los puertos españoles y también los europeos, según las últimas noticias, se enfrentan a un período de incertidumbre, aunque se podría decir de peligro, ante los preavisos de huelga presentados por los sindicatos con representación entre los trabajadores portuarios contra el Anteproyecto de Ley de Régimen Económico y de Prestación de Servicios en los puertos de interés general.
En lo que se refiere a los puertos europeos, el preaviso de huelga presentado supone paralizar los puertos los días 17 y 20 de este mes, como medida de presión contra la Directiva de la Unión Europea sobre la liberalización de servicios portuarios.
En estos momentos, tanto los trabajadores como los empresarios se cuestionan la oportunidad del momento para que el Ministerio de Fomento presente este Anteproyecto de Ley cuando aún se está tramitando el borrador de la Directiva Europea, que no se sabe cuando se aprobará y así y todo habrá un período de dos años para que los países miembros adapten sus leyes y normativas al contenido de esta norma europea.
Esta situación va a provocar que en nuestro país tengamos que soportar dos huelgas frente a nuestros competidores europeos, ya que, en el caso de Valencia, puertos como Génova, Livorno, Gioia Tauro o Marsella, por citar los del Mediterráneo, tendrán ventajas competitivas para conseguir las escalas de los buques que salten el puerto de Valencia.
Con este panorama por delante, el peligro de perder algunas de las grandes compañías navieras que escalan en el puerto de Valencia u otros del sistema portuario español existe, tal como han demostrado los acontecimientos de final de año.
En estos momentos, de gran tensión en el sistema portuario y en las comunidades portuarias, ya que las repercusiones de la huelga afectan a todos, parece ser que hay una posibilidad de paralizar la situación o reducir los días de huelga y ésta es la predisposición de las autoridades de Puertos del Estado de sentarse a negociar la parte que afecta a los trabajadores portuarios con los representantes de los sindicatos firmantes del preaviso de huelga.
Otra alternativa, sino para parar la heulga si para encontrar una salida a la situación, es que se retire parte del contenido del Anteproyecto, precisamente la parte que afecta a los servicios portuarios, por parte del Ministerio de Fomento, una solución pendiente de una negociación con las partes, así como que se tramite la parte que regula el régimen económico. Este fha sido precisamente el principal motivo de la modificación de la Ley de Puerto de 1997, donde no estaba bien regulado el sistema tarifario de los puertos, creándose la confusión entre tasas y tarifas, lo que suponía una pérdida de recaudación para los puertos de alrededor de 50.000 millones de pesetas. Esto hacía peligrarel actual sistema financiero de los puertos de interés general.
La tercera posibilidad, más descartable, sería el cambio del ministro de Fomento, tal como sucedió con el titular de Trabajo, y que el nuevo ministro cambiara la política portuaria, negociando su contenido con las partes afectadas.
Todos estos comentarios nos llevan a visionar una situación muy peligrosa e incierta, ya que ambas partes, una vez echado el pulso, solamente pueden cambiar su postura con algún acuerdo que les permita salir honrosos de este conflicto, que a priori no se ve, salvo la predisposición de Puertos del Estado a negociar el articulado del Anteproyecto. Otro elemento podría provocar la ruptura de estas negociaciones y es que los trabajadores portuarios secundaran la huelga convocada a nivel europeo sin presentar preaviso de huelga.
Ahora sólo falta esperar a los acontecimientos que se produzcan de hoy a mañana para contar con posibilidades de solución o hacer frente a una huelga de la que nadie conoce las consecuencias.