Comenzamos un nuevo año, tras superar ese momento agridulce que suponen las Navidades, todos nos proponemos mil objetivos a cumplir en este 2004, generalmente entre esas metas se encuentran adelgazar los mil kilos acumulados a lo largo del año, por lo que también estaría fenomenal apuntarse al gimnasio, además de aprender o perfeccionar algún idioma y sobre todo encontrar más salud, dinero y amor.

De todas estas metas no quedará mucho más de un vago recuerdo en el mes de marzo cuando ya se ha intentado luchar contra nuestra voluntad y nuestro cuerpo ingrato que quiere seguir siendo adiposo a pesar de saber que no le conviene en absoluto.

Además, nos hemos olvidado de una de las más importantes; dejar de fumar, ese sí que es un objetivo que tampoco podemos cumplir a menos que queramos hacerlo de verdad, ahora además está de moda. Hay que ver desde los Estados Unidos nos importaron que fumar era lo más glamuroso y estupendo del mundo y pasados los años desde allí nos vuelven a importar que es malísimo y que no se puede hacer en ningún lado, incluso existen edificios de viviendas en los que no está permitido fumar ni en casa. Hay que ver lo en serio que se toman los americanos lo de la caza de brujas para todo. En fin no hay quien los entienda. Mientras tanto ese también es otro de los propósitos anuales.

El único consuelo que nos queda en el discurrir de los meses cuando descubres que no has hecho nada de nada, es que "mal de muchos consuelo de tontos". Aunque es muy triste que tengamos tan poca voluntad colectiva. Pero bueno, últimamente ya no nos queda ni memoria histórica.

Aun así siempre existe una posibilidad, porque existen personas, aunque parezca mentira, que consiguen estos objetivos cuando se los proponen. Esto es un consuelo.

La vida sigue y pensándolo bien lo importante es tener todo los años ilusiones y objetivos, aunque a veces siempre sean los mismos y platónicos.

Seguid soñando, ese es el objetivo que nos salva a todos, sin sueños nada es posible.