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OPINION

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La bitácora del puerto
Nacho Cigalat, 03/10/2011

Si os digo que el barco “Cervantes Saavedra” está atracado en el puerto de Valencia quizás no os suene a la mayoría ese barco, pero si os digo su nombre de película quizás os suene a alguno más, que no es otro que el “Estrella Polar”, pero si ya os digo que es el barco donde se graba la serie “El Barco” supongo que la mayoría, por no decir todos, sabéis al barco que me refiero.

Pues si, está en Valencia y lo utilizan para grabar los exteriores de la serie, ya que todo o casi todo lo que vemos se rueda en los estudios de Antena 3, aunque hay secuencias que se puede apreciar el interior del barco. La que más se utiliza es la grabación en el puente de mando, que si que es el auténtico. Cuando en alguna ocasión en la serie han dicho la eslora del barco apreciamos que en la serie están en un barco más grande que el verídico, mientras que del “Estrella Polar” se dice que es un barco de 75 metros de eslora, o por lo menos así lo he oído yo en alguna ocasión, el “Cervantes Saavedra” es un barco de algo más de 48 metros.

Otra de los detalles de los que se diferencian es que el “Estrella Polar” es un buque escuela repleto de alumnos y tripulantes para la serie de televisión, mientras que el “Cervantes Saavedra” según dicen sus propietarios es un bergantín goleta donde sus pasajeros que busquen tranquilidad podrán relajarse al sol, disfrutar de la vista del mar y de la costa. Aunque ahora en plena temporada de “El Barco” no creo que podamos montarnos nuestra película entre sus camarotes o entre sus distintas zonas habilitadas.

Catalogado como Bergantín Goleta, el velero “Cervantes Saavedra” fue botado en 1.934 en el astillero sueco Götaverkan, y fabricado en un primer momento para servir como estación flotante de señalización marítima y buque faro, actividad a la que se dedicó hasta 1.970, vamos media vida. Su casco de acero de doble espesor al habitual, su estructura y su diseño se realizaron para que pudiese soportar las condiciones más turbulentas de la mar. Tras cuatro años de mejoras, el barco, bajo bandera sueca y matriculado en Estocolmo, se transforma en buque escuela, lo que es hoy día, formando parte del reducido catálogo de barcos clásicos y pudiéndose comparar con los buques escuelas de las armadas de todos los países del mundo.

Para pasajeros más activos, se ofrece lecciones de navegación y otras actividades de acuerdo a sus necesidades.

Se puede aprender a hacer nudos marineros o cómo trabajar con los cabos, como manejar las jarcias y las velas en cada momento.

Se organizan, para grupos, actividades participativas y de creación del espíritu de equipo a través de las cuales se puede conseguir que los directivos sean igualmente eficientes a la hora de izar las velas que en las tareas de su trabajo diario e instruir y manejar a su gente de una forma eficaz para que el barco siga un rumbo siempre hacia el norte. Dinámica de grupos, planteamiento de conflictos, resolución de problemas son parte de las actividades que pueden completar el día. Plantearos esto señores directivos que a más de uno le hace falta, aunque alguno no hace falta ni que vaya, más que nada para no perder el tiempo en algo que no va a cambiar.

No se deja de lado los eventos más cotidianos organizados por la empresa fuera de su entorno habitual como la organización de conferencias, seminarios, cursos, reuniones informativas, reuniones de ventas, premios corporativos, cruceros de empresa, etc. Como veis las posibilidades de eventos en el “Cervantes Saavedra” son numerosas.

Y solo le faltaba ser actor de una de las series más vistas de los últimos años en televisión, y no solo protagonista sino que encima la serie lleva su nombre “El Barco”. Tan “viejo” y con tanta actividad diaria.

En fin, que al principio de nuestros años nos preparamos para lo que creemos que valemos, o nos gusta, y acabamos haciendo lo más inverosímil para seguir adelante en esta corta vida que tantas zancadillas se nos va poniendo e ir saltándolas conforme nos van llegando, hasta que lleguemos a mayores como este barco que ya lo ha hecho casi todo... hasta llegar todas las semanas a la pantalla de los televisores de las casas de toda España. ¡ Toma ya ¡.

Démosle esa oportunidad también a nuestros mayores, porque en su día también fueron jóvenes y ocupaban los puestos activos que hoy día venimos ocupando nosotros, y que algún día ocuparan nuestros hijos relevándonos a todos nosotros al “lugar” de los ancianos.

Y me quedo con esa pregunta que se hace uno de estos mayores solitarios que están fuera de toda actividad diaria y cotidiana a diferencia del “Cervantes Saavedra”, y que nadie hace por hacerle participe…

¿Por qué no me preguntan a mí, que ya sé todas las respuestas de la vida después de tantos años en ella?

Nacho Cigalat
nacho.cigalat@yachtsinmotion.es


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