Ya de pequeño me llamaba la atención la expresión “2 + 2 a veces no son 4”, pero no lograba entenderla fuera del mundo de las matemáticas. Intentaba encontrar algún ejemplo para poder descifrar tal ecuación sin incógnita, pero siempre aparecía la incomprensión a lo no razonable.
Crecí sin poder despejar esa incógnita inexistente y cada vez me iba demostrando a mi mismo que esa expresión estaba mal formulada. Empecé y acabé mis estudios de Telecomunicaciones casi en el mismo año, y como castigo acabé en el mundo del transporte. Pasando por todos los medios de transporte escalé finalmente en el marítimo, que ya hace unos cuantos años …. y por aquí sigo. Me di cuenta de que había hallado la prueba definitiva, y enseguida relacioné el shipping de hace unos cuantos años con las dichosas matemáticas, ya que todos los días se demostraba que 2 + 2 no eran 4.
Se recibían circulares casi a diario y lo que te dictaban apoyaba mi teoría, daba igual la gran compañía naviera o consignataria que estuviera detrás. Aunque tenías unas pautas a seguir, que muy bien se reflejaban en todos los papeles y/o circulares que te llegaban encima de tu mesa, siempre se tenía en cuenta el factor humano y era la persona quien tenía que acabar de darle forma a eso que te venía dictado del más allá.
Esto tenía su peligro, tú como individuo profesional sabias cómo manejarte en todas esas situaciones que se iban planteando día a día, ya que para eso estabas allí. Claro que podías errar, e incluso acertar en tus decisiones pero, eso sí... si acertabas era tu obligación, y si te equivocabas no se te volvía a olvidar en tu vida porque “con sangre la letra entra”.
Ahí estaba lo bonito, cada día, acertaras o no, te hacías más profesional e incluso disfrutabas de tu trabajo, eras amo de tus decisiones e interpretaciones. Se formaba un profesional.
Al cabo de los años apareció una firma multinacional que venía a facilitar la labor de todo bicho viviente, e incluso de los pobres profesionales del shipping que acaban a altas horas de la noche haciendo a mano esos interminables manifiestos, “telexes”, etc. Toda la familia del shipping aplaudía la llegada de esas cajas y televisores que iban a cambiar con esos interminables horarios, dando un alivio al esfuerzo, tanto físico como mental, que cada uno aportaba para empezar y finalizar ese barco.
Esas cajas y televisores se fueron implantando en todas las oficinas de la familia shipping, todos estaban como locos de contentos hasta que las cabecillas pensantes que estaban por encima de la “familia” por allí por el más allá, fueron llenando esas máquinas de números, circulares y normas. Se empezaba a dilucidar el fin de muchas cosas... pero tanto las esperadas como las menos esperadas.
Como ya se ha dicho en muchas ocasiones, la tecnología fue desplazando al factor humano, y el shipping no se iba a escapar de ello. Ese profesional hecho y curtido en mil batallas que el shipping le brindaba, ese profesional que con tantas horas dedicadas, con tantos fracasos y éxitos en su haber …. terminaría desapareciendo para ser sustituido por otro tipo de profesional, hoy llamado usuario informático.
A este nuevo profesional ya no se le deja tener iniciativas y mucho menos tomar decisiones, ahora se mira a ver que dice esa pantallita... y si hay alguna duda, que rara vez la hay, se pregunta a alguien del más allá que no sabe ni de que puerto le llegan tales dudas. Las normas son para todos los puertos por igual, sin tener en cuenta la idiosincrasia del puerto en cuestión y/o peculiaridades del mismo.
Esto ya no es lo que era. Antes las cosas se arreglaban cara a cara en cualquier sitio incluso fuera de la oficina, se hablaba, se discutía... y esos profesionales salían casi siempre con una solución que entre ellos habían amasado. Hoy día, si el ordenador dice sí a tu petición, perfecto, sino... adiós muy buenas, se termino de hablar y discutir. Se acabó la comunicación, y lo que más me duele es que el shipping de hoy me ha demostrado que efectivamente 2 + 2 sí que son 4.
Aunque de vez en cuando ... shhhh !!! ... te encuentras por ahí muy calladito a algún@ de aquella familia shipping, que aunque sabe... no puede. El shipping se lo pierde.
Va por todos ellos, que perfectamente sabéis quienes sois.
Nacho Cigalat
nacho.cigalat@yachtsinmotion.es