La bitácora del puerto
En estos días estamos viviendo con mucha intensidad el fútbol, y cuando leamos publicadas ya estas líneas sabremos si nuestra España va a disputar esa final del mundial tan esperada por todos los españoles, cosa que pediremos con todas nuestras fuerzas en las oraciones de todas las noches. Para llegar a las semifinales hemos visto como nuestro equipo ha ido saltando y esquivando baches, unos creados por los propios jugadores, otros porque el planteamiento del equipo contrario le creaba bastantes problemas y otros por que el árbitro también intervenía en decisiones más que discutibles.
Se ha oído al mismísimo presidente de la FIFA pedir perdón por las quejas de las federaciones de fútbol de México e Inglaterra por fallos arbitrales que en sus últimos partidos salieron perjudicados. Ante tales errores y por decisión de la propia FIFA, el árbitro uruguayo Larrionda y el italiano Rosetti quedaron fuera del Mundial por cometer esos errores.
En el partido entre Inglaterra y Alemania, Larrionda no dio como un claro gol del seleccionado inglés cuando el remate de Lampard traspasó claramente la línea de la portería contraria y que además hubiese significado el empate. Por su parte, cuando Argentina y México igualaban sin goles el italiano Rosetti dio un gol de Tevez quien se encontraba en posición fuera de juego.
En fin errores que han sido casi “decisivos” para enviar a estas selecciones a casa. Un árbitro es el encargado de aplicar las reglas en un partido de futbol, dar constancia de lo sucedido en el mismo y cronometrar los tiempos, también tiene la posibilidad de aplicar los reglamentos de la competición antes y después de la celebración del encuentro. Y puede equivocarse en ciertas interpretaciones y debe de estar preparado para ver casi todo lo que ocurre en el terreno de juego. Y el casi restante lo tienen que ver entre todos los asistentes.
Tambíen existe la figura del árbitro en el ámbito del derecho, y viene a ser algo muy parecido al fútbol, es una persona a la que se le presupone una imparcialidad frente a los rivales, tanto en un campo de futbol como en un evento jurídico. Imparcialidad que no siempre se lleva a cabo.
Hace poco conocí y viví un arbitraje marítimo llevado a cabo en Londres, y se avistaban cosas que llevadas al futbol hubieran supuesto una bronca monumental por parte del respetable hacía el teórico árbitro que debería repartir imparcialidad a diestro y siniestro. Por si no lo sabéis un árbitro en Londres es nombrado por las partes involucradas en el proceso judicial que está en marcha y se creó su figura para evitar gastos judiciales mucho más elevados, pero la pregunta sería ¿A quién se le evitan dichos gastos? En teoría a las dos partes, y así te lo venden, pero ... Si tú como parte nombras reiteradamente al mismo árbitro, ese árbitro para asegurarse esas nominaciones intentará siempre beneficiar a su proclamador ¿O no? Por eso en el fútbol es un organismo totalmente diferente quien empareja al árbitro con cada encuentro, siguiendo unos parámetros.
Lamentablemente en el ámbito jurídico este organismo no existe y si te pilla de pardillo o tus abogados llegan tarde al nombramiento o se dejan llevar por la supuesta imparcialidad de la que pueden hacer gala para evitar más gastos, estás perdido.
Tanto en el fútbol como en Londres, una vez el árbitro dicta sentencia se convierte en “palabra de Dios” y ya no hay quien pueda cambiarla ni con alegaciones ni nada parecido.
En el futbol se pide perdón y ya está, en lo jurídico ni eso. Si has tenido la mala suerte que te han pillado de pardillo en algún arbitraje, te has caído con todo el equipo y ya no hay vuelta atrás. ¿Por qué no puede haber alguien que supervise ese trabajo? En teoría deberían de ser todos los árbitros imparciales pero el factor humano al dorado es demasiado débil, y es aquí donde debería de haber alguien o algo que determinara si la actuación de ese arbitro es imparcial o no. Es una verdadera lástima que “don dinero” siga siendo quien manipule los arbitrajes en Londres de algún aspecto marítimo a litigiar, y en menor escala el fútbol.
Señores en Londres, si dejan decisiones tan importantes en manos de quien su imparcialidad la demuestra favoreciendo al que habitualmente le da laudos para poder dictarlos y hundiendo al que aparece en ese momento por allí y forzando a que se nombre un segundo arbitro para evitar que ocurra justamente esto … ¿Dónde se está ahorrando?
Estos árbitros “vendidos” deberían de ser castigados y no pasar impunes por encima del daño que hacen.
Nacho Cigalat
nacho.cigalat@yachtsinmotion.es