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Opinión de un agente de aduanas
VM, 23/06/2010

Cuantas veces hemos oído “chuminadas” como “Estamos por la libertad en la intermediación aduanera porque eliminara gastos y potenciará la competitividad”. Y esto dicho por un responsable del Dpto. de Aduanas suena a buenísimo sin considerar lo que de demagogia lleva la frase para contento de otros deseosos de participar -por el beneficio, no por otra cosa-, en dicha intermediación aduanera.

Porque vamos a ver. Eliminar gastos supone que ¿los servicios de la gestión aduanera no se van a pagar? Creo que no. Se seguirán pagando. Pero….de que modo. En el caso de los Agentes de Aduana puros, es decir, empresas que se ocupan de esta función como fin social, la cosa está clara, facturaran su costo en forma de comisión (que también podría llamarse GESTION para quitar lo peyorativo o malsonante que tiene la palabra comisión). En las empresas cuyo fin social sea el transporte y los servicios inherentes al mismo, como la manipulación, el almacenaje, etc. etc. etc., podrán combinar los beneficios en función de los servicios en los que intervenga en cada operación, con lo cual podemos llegar al efecto de que algunos servicios se prestan gratuitamente o a bajo costo mientras que en otros se incrementa su costo en lo que en aquellos dejaron de percibir. Conclusión, no hay reducción por costos en servicios, salvo los reflejados en los espejismos. Es más, me atrevo de decir que desde que se implantaron las empresas intermediarias en el transporte, su cliente ha pagado MáS por los mismos servicios que recibían antes de su implantación. Así que desde la perspectiva de que un mayor numero de personas ofreciendo la intermediación aduanera supondría una reducción de su costo por servicios de esa intermediación, es radicalmente falso.

Si a eso le añadimos que en los casos en que la reducción se ha hecho efectiva, ha supuesto una disminución en la preparación del personal que intervenía en ese servicio, llegando a la conclusión de que el cliente final ha recibido un peor servicio, que traducido a un lenguaje llano significa que, a más bajo costo peor servicio. Y esto no es bueno, por supuesto para el cliente, pero tampoco para quien ofrece el servicio, porque la dinámica nos puede llevar a que desaparecida la empresa que lo da, NUNCA, quien le sustituya mejorará el servicio que aquel daba.

Por otro lado tenemos la demagogia de la Administración. reguladora de la intermediación en la representación aduanera ¿Porqué se mete en camisa de 11 varas? Lo suyo es regular y exigir que todos cumplan las normas, sin entrar en justificaciones cuando la propia Administración. pone trabas que perjudican el comercio, aunque siempre tiene una justificación para las mismas (Debe de resultar muy difícil acomodar las normas al comercio para amparar a las empresas importadoras/exportadoras); y no solo trabas, también insinuaciones, que puede en algún momento convertirse en realidad, como puede ser el percibir tasas (cobrar) por servicios de inspección de aduanas para justificar los gastos, por ejemplo, de los scaners.

En fin, impedimentos puntuales o dudas por desconocimiento de funcionarios... porque no lo olvidemos, las normas están hechas para que algún funcionario, en cualquier momento, pueda originar un parón en una estructura portuaria o aeroportuaria, sin más motivo que el de aplicar las normas.

En esta Europa del comercio nos protegemos en las puertas de casa y en nuestro interior podemos criar cucarachas; tengamos limpio lo de dentro porque posiblemente, a pesar de los controles, las cucarachas son consecuencia de lo que entra por la puerta.

Por otra parte, todos conocemos la posición de otros países comunitarios donde prima (muy loable por su parte) la recaudación de impuestos y la agilización del comercio; sin embargo, en este país nuestro conocido como España nos distinguimos por aplicar las normas antes que nadie, y con total rigor, incluso antes de que exista la legislación nacional que la ampare.

Y cuando me refiero a la aplicación de normas, me refiero a toda la administración interviniente en los controles en frontera, tanto aduanera como la sanitaria de cualquier orden; a que viene controlar exhaustivamente una mercancía en la frontera, cuando dichas mercancía son materias primas de una empresa perfectamente autorizada desde un punto de vista sanitario para elaborar productos para el consumo. ¿Estos controles no pueden realizarse en la empresa por las mismas autoridades sanitarias que la intervienen? Claro que esto requiere coordinación y esto es trabajo que a los funcionarios o a las administraciones que componen, les cuesta llevar a efecto, bien por competencia, bien por celos profesionales o simplemente por incompetentes. Esta coordinación sería un modo de eliminar costos, sin riesgos y aplicar lo que en el Código Aduanero Modernizado se entiende como obligación de la “Aduana”
la “Facilitación del comercio”.

El problema suele estar en que las administraciones públicas las gestionan las personas, generalmente bien estudiadas, pero nulas en gestión de empresas y menos conocedoras de sus problemas, para desde la administración contribuir a su función social que es riqueza para España.

LUIS ENGEN CELLIER
Agente de Aduanas


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