Hacia un cambio de modelo económico del agua en España
El pasado día 2 de marzo de 2009 se publicó en el BOE la resolución de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente por la que se inició el periodo de consultas a las Administraciones públicas afectadas y público interesado en el procedimiento de evaluación ambiental estratégica del Plan hidrológico de la demarcación hidrográfica del Júcar por un plazo de 30 días hábiles.
El modelo denominado de “economía expansionista del agua” (en adelante, EEdA) opino que debe dejar paso a otros planeamientos. Dicho modelo EEdA se centró en la construcción de obras hidráulicas para cubrir las necesidades siguientes:
- abastecimiento generalizado de agua potable a la población urbana y rural, incluyendo la ingeniería sanitaria y la canalización de las aguas residuales y el suministro de agua para las industrias.
- el desarrollo de los regadíos que contribuya a garantizar la producción de alimentos.
- la generación de energía hidroeléctrica.
La situación actual es distinta. El abastecimiento de agua para uso urbano se ha generalizado no así el saneamiento de aguas residuales (tanto de redes generales locales/autonómicas como de puntuales estaciones de depuración de instalaciones industriales). España ha dejado de ser un país netamente agrícola, aunque la agricultura sigue siendo la mayor usuaria de agua. La industria ha aumentado su consumo que, aunque no es elevado, sí influye en el deterioro de la calidad del agua a través de los vertidos no depurados, por lo que su consumo real (volumen usada de agua más el volumen del agua deteriorada) es superior al que usualmente se le atribuye. Los nuevos regadíos hace tiempo que dejaron de ser un elemento fundamental para el fomento de la riqueza nacional, aunque sigan siendo de interés para mejorar nuestra estructura productiva agraria. Los proyectos hidráulicos no son ya la punta de lanza del progreso, aunque la disponibilidad de agua en la cantidad y con la calidad adecuadas -donde y cuando los distintos usos la demanden- sigue siendo una condición indispensable para la vida y para la actividad económica. Así, la conciencia de la necesidad de preservar el medio ambiente y proteger los recursos naturales se deriva de la evidencia de la degradación generada por el uso indiscriminado del agua, de los límites para su utilización y de los graves impactos negativos de las actuaciones realizadas sin respeto al medio natural.
En España, han cambiado la estructura económica y la estructura demográfica, la situación política, la percepción social de los problemas, así como la manera de abordarlos; debiendo darse una exigencia de mayor discusión y debate públicos con la participación de los diferentes grupos sociales. El modelo EEdA ya no parece adecuado, pues la escasez de agua no es principalmente de carácter físico, sino que, además, está socialmente condicionada por un conjunto de factores como:
- una concepción obsoleta del agua, que ignora la noción del ciclo.
- el mal estado de las infraestructuras de almacenamiento y distribución agrícola y urbana.
- la existencia de un marco institucional anticuado para las Comunidades de Regantes.
- la existencia de una/s Administración/es pública/s que hacen dejadez de sus competencias y que se inhibe/n de sus responsabilidades con el fin de no enfrentarse a determinados conflictos y grupos de interés.
Por Andrés Ortolá-Jurista Ambiental