El crecimiento o aumento del tráfico de coches en nuestro puerto es imparable y en los últimos años hemos podido ver cómo ha crecido exponencialmente. Tanto es así que una gran parte del puerto, amén del tráfico de contenedores, ya está siendo dedicada al tráfico de coches, así como parte de las instalaciones del puerto de Sagunto, donde en breve también tendrá su propia terminal de coches y una concesión dedicada al mismo.

Este crecimiento ha producido un choque con el tráfico de contenedores, también con un fuerte y constante aumento, en las demandas de nuevas instalaciones para atender estos incrementos, que han motivado el traslado de las instalaciones para coches a la nueva terminal que se está construyendo adosada al Dique del Este, dejando toda la Dársena Sur para el tráfico de contenedores.

Una vez solucionada esta falta de instalaciones con la entrada en servicio de la nueva terminal de coches, ahora se produce el problema de la convivencia con el tráfico de graneles sólidos, aunque ahora ya no es por falta de espacio, sino por otro problema que puede ser más grave, como es el medioambiental.

La ubicación de la terminal de graneles sólidos en el Muelle Norte o Xità, al este del Dique del Este, genera problemas ambientales cuando sopla el viento, arrastrando los materiales de una terminal a otra, con los consiguientes problemas para los coches allí estacionados.

Este hecho, que viene repitiendo regularmente, está motivando las quejas de las compañías de coches, ya que están teniendo que lavar los coches antes de su embarque o entrega.

Esta situación ha generado la opinión de un cambio de ubicación de ambas terminales. Llevar al Dique del Este los graneles y los coches al Muelle Norte puede ser una solución.

De todas formas, la cuestión que más se debate desde hace tiempo es ¿por qué no se traslada a Sagunto la terminales de graneles cuando todas las previsiones para la distribución de tráficos de la APV pasaban por ese planteamiento?

Esta cuestión está encima de la mesa o en los comentarios de las partes afectadas, máxime cuando está previsto que en breve se haga una gran inversión en la terminal de graneles para automatizar sus instalaciones e implantar medidas medioambientales que eviten estos problemas.

Con todos estos planteamientos a debate entre los usuarios y profesionales de la estiba está claro que hay que tomar alguna decisión al respecto. Ahora es el momento de hacerlo, ya que una vez la terminal de coches esté en marcha e iniciadas las inversiones en la terminal de graneles será mucho más difícil el cambio, si es que tiene que producirse.

Carlos Vicedo
Editor de Valencia Marítima y director general de Valenmar, S.L.