Es patético comprobar lo que son capaces de hacer algunos por seguir en el "candelario" como decía una de las grandes filósofas que ha dado nuestro país, una tal “Matagatos” o algo así.

Y es que algunos ex-gobernantes son capaces del mayor ridículo por lucir algunas candelas.

No quieren dejar de salir en la tele, debe de ser adictivo eso de que te enfoque una cámara mientras luces con esplendor el kilo de maquillaje que te ponen.

El caso es que esta semana desde las italias nos ha llegado el escándalo conyugal de uno de los participantes en la famosa foto de las Azores, que tampoco está se supone en el poder pero que se muere por estar y salir. El caso es que el señor en cuestión que no es que esté “chapao”, sino que está “alicatao” a la antigua, hizo todo el ridículo que pudo en la última gala a la que asistió, dejando el pabellón de los hombres alto, como acostumbran este tipo de señores con afirmaciones también chorreantes de formol; para luego obligar a su señora a pedirle explicaciones en público.

Que decimos nosotros que si no hubiera sido más efectivo ir al programa de esa señora de no sabemos ahora qué país latino, y pegarsen allí un par de tortas, como hacen las personas humanas que aparecen en este programa. Pero ellos, dando ejemplo del caché italiano lo han hecho más fino, con declaración pública de perdones del señor y todo, para que la esposa en cuestión pueda dormir tranquila. Qué es un decir, claro.