Necesidades y oportunidades: la construcción se abre a mercados de Europa del Este
Simón Montolío, 24/11/2006
El sector de la construcción ha sido, y es, uno de los más prolíficos de todo nuestro sistema, sin lugar a dudas es una parcela clave de la economía española, y de especial relevancia y atención en la Comunidad Valenciana, Sagunto y comarca. Estamos hablando de una actividad que casi representa la quinta parte de la economía nacional. Al calor de las constructoras e inmobiliarias se ha desarrollado también toda una serie de compañías cuya producción esta estrechamente vinculada a este sector. Un auténtico motor para el crecimiento y la generación de empleo. No es casual que las titulaciones vinculadas a la construcción se afiancen como las más demandadas entre las empresas. El buen momento por el que atraviesa el sector tiene su reflejo en la universidad.
Como el sector "más dinámico" de la economía española, la construcción ocupa el segundo lugar en cuanto a tamaño en la UE. Durante los últimos diez años, el número de viviendas iniciadas anualmente ha aumentado el 123,5%. Los datos son, desde luego, más que ilustrativos, sin embargo, los recursos y oportunidades son limitados.
Mientras los países de Europa del Este aumentan su producción de manera notable año tras año (un 6,6%), dado que se encuentran en una fase de "despegue", los occidentales lo hacemos de una forma muy discreta, pasando apenas del 1%. Es decir, el este de Europa se vislumbra como la gran oportunidad para nuestras constructoras y empresas ligadas a esta actividad, donde ASECAM tiene una situación preferencial y privilegiada con los sectores productivos e institucionales.
Las constructoras y promotoras valencianas deben afrontar ahora el esperado cambio de ciclo en el sector. Sin embargo, el bajo nivel de competitividad y la escasa preparación y desarrollo de estrategias en las áreas de marketing dificultan las posibilidades de competir en este nuevo escenario. El sector inmobiliario no ha sacado tradicionalmente todo el valor de sus marcas. Sólo recientemente las empresas empiezan a mostrar interés por llevar a cabo estrategias de branding, debido a la fuerte demanda que han tenido sus productos, sobre todo los residenciale, y al elevado crecimiento de los beneficios del sector, que les ha llevado a no tener una preocupación excesiva por la marca. Pero eso está cambiando. Se están empezando a dar cuenta de que un nombre de empresa apropiado crea valor. Un buen nombre debe ser atrayente, fácilmente comprensible, en definitiva, diferenciarse de la competencia. Con el tiempo, el nombre llegará a representar la reputación de la compañía.
La gran proliferación de proyectos urbanísticos conducen directamente a la búsqueda de nuevas vías de desarrollo, muchas sociedades de gran capacidad y relevancia se están posicionando en países del Este de Europa. Siempre que la actividad se desarrolle de manera diligente, como se viene haciendo en España, los efectos de una apertura de fronteras no supondrá más que un nuevo proceso de desarrollo paralelo entre nuestras constructoras y la estabilidad social de países que están más que destinados a formar parte de la UE.
Las empresas inmobiliarias acaban de descubrir un mercado de más de 200.000 viviendas en Rumania, país que entrará en la UE en enero, lo que está impulsando a las compañías extranjeras a tomar posiciones. El año pasado la inversión extranjera en el país alcanzó los 5.200 millones de euros, y para este año se prevé que alcance los 6.200. Las primeras en tomar posiciones han sido las promotoras inmobiliarias. Si en el ejercicio anterior se construyeron 32.000 viviendas, la patronal sigue insistiendo en la necesidad de 200.000 anuales. Y es que Rumania tiene una población de 22 millones de habitantes.
El sector inmobiliario de Rumania ofrece a los inversores innumerables ventajas, ciudades como Bucarest, Timisoara, Constantza, Bacau, Iasi, Suceava, Pitesti, Ploiesti, Brasov, Tergoviste, o Galatz-Braila entre otras. Se trata de un mercado menos desarrollado que otros como el polaco o el checo. Esto supone muchas oportunidades, sin olvidar el nacimiento de una importante clase media en pleno auge, que requiere cada vez más de viviendas. Habría que añadir que la rentabilidad media supera con creces a la de nuestro país, 40% frente al 15% en España.
Para que este proceso siga su cauce, se debe promover la creación y mejora de las infraestructuras, la aceleración de los procesos y trámites administrativos y la resolución de cualquier tipo de inconveniente jurídico que ponga trabas a los inversores extranjeros.
A todo esto debemos sumarle la necesidad de contar con los medios necesarios para seguir haciendo crecer este sector. Como ha señalado ya en varias ocasiones Juan Eloy Durá, Presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (FEVEC), el eje
mediterráneo es, y debería ser para la Administración, una prioridad.
Formamos parte de una comunidad de referencia a nivel urbanístico. Por ello debemos abogar por el continuo desarrollo del sector de la construcción, a través de planes ordenados y proyectos conjuntos, abriendo el camino hacia una nueva etapa de crecimiento. La evolución nos obliga a considerar nuevas estrategias, integradas y eficientes. No permitamos que la inseguridad y la confusión impidan que los proyectos funcionen. (se desarrollen)????
Simón Montolío Solsona
Presidente de ASECAM.