Ooooooh! Acabó el verano, volvemos a los atascos, a las malas caras, a los dolores de cabeza, los disgustos laborales, trabajar, trabajar, trabajar, y dejamos atrás los hacinamientos estivales, el pegarnos por un trozo de arena y el apartamento cochambroso que luego venderemos a los amigos como de lujo oriental, igual que nos lo vendieron a nosotros y por lo que lo pagamos, que no fue ninguna ganga.

Adiós al mar, a la montaña, a las fiestas interminables, a no hacer nada, a no madrugar, a no ver la tele, porque hacemos cosas interesantes, etc, etc...

Nos queda por delante un largo invierno frío, en el que los cinco días de la semana aparecerán ante nosotros largos, y los dos siguientes que les siguen como un suspiro. Llega la hora de que se aposente en nuestras vidas la famosa depresión postvacacional que según los telediarios se cura siendo sanamente improductivos. Pero a ver como le contamos a nuestro jefe que no tenemos que pegar un palo al agua, porque nos entrará una depresión de aquí te espero si nos presiona para que trabajemos. Hay que ver las cosas que dice el Parte, como dice mi abuelo. Señores, entendemos que no haya noticias pero nos parece ya muy cruel que nos vendan la moto de que cuando volvamos a trabajar nos vamos a encontrar con un jefe tan caritativo y comprensivo, para que nos permita echarnos a la bartola sin hacer nada.

Es que flipamos, porque a ver cuando se ha visto un presentador de televisión con camisa hawaiana y pertrechado con un mojito en las manos, repantigado en la silla,
diciéndonos, “señores y señoras que este es mi primer día de trabajo un poquito de por favor, y lean las noticias en los diarios o las miran en las otras cadenas que a ver si vamos a caer malos”. A ver como se lo toma el editor y los anunciantes, que desde que mi abuelo veía el Parte, eso también ha cambiado mucho porque entre catástrofe y catástrofe nos intentan vender así como 30 productos consumistas en su mayoría, y en pocos casos de necesidad real.

Qué crueles son, primero nos sacan a un montón de personas que están sufriendo las mil
lacras en demasiadas partes del mundo y a los dos segundos sale una señora estupenda que nos cuenta lo cómodo, funcional y sobre todo sexi que nos va a resultar el nuevo móvil de Lokia. Y cómo colofón, nos señalan que lo que hay que hacer mañana es no trabajar.

A ver cómo vamos a comprar lo último en móviles en el Paro Obrero.