Tropiezos
Padres del mundo (I)
Avirul, 12/08/2005
Nosotros no es que estemos en contra de la procreación, pero como dice una amiga, es que hay niños ajenos que no los querríamos ni aunque nos los regalaran, sobre todo en esta época del año en la que por donde quiera que vayamos nos encontramos a alguna familia que portea personitas humanas de esas tempranas y tormentosas edades.
Que hay cada uno. Que decimos, sin ánimo de ofender, dios mío, señor, si algún día nos volvemos locos y queremos un hijo que no nos salga así. Por dios, como ese no, que nos suicidamos o algo. Qué repelente. Cómo pueden soportarlo sus padres.
Esto que no salga de aquí, pero sospechamos que muchos padres los comparten con el mundo, sin que nadie se lo pida, porque no pueden con el paquete. Que no es por malmeter pero eso se nota. A nosotros nos la van a dar, vamos que si nos hubiera tocado la china también intentaríamos acoplársela a otros. Es comprensible, aunque nada respetable.
Estamos en un bar, relajados, tranquilamente charlando, felices, cuando un tormentoso chillido, que será el primero de otros muchos, entra en nuestros pabellones auditivos enturbiando nuestra paz. Buscamos el origen y no hay que ser Colombo para descubrirlo. Y esos padres, sin problemas, relajados, que parece que compartiendo el castigo que puede llegar a dar su descendencia ya se sientan como descargados, mientras el resto del bar traga para poder salir de allí lo antes posible, ellos a la suya, cenando tranquilamente por una vez durante meses.
Pero eso no es nada, comparado con la playa, cada dos segundos por los altavoces, "Atención se ha perdido un niño, lleva bañador X, tiene los ojos Y, y el pelo N", no puede ser que se pierdan tan fácilmente y con esa velocidad.
¿Será que los pierden?