Sería genial poder estar siempre de fiesta, pero ahora tras todas las festividades navideñas nos queda todo un año por delante con poquitos días de asueto precisamente, que miras el calendario y te dan ganas de volver a 2004.

Todos los festivos que podrían haber sido un gran puente, o incluso, un diíta por ahí perdido, caen en sábado o domingo.

Así que este año 2005 se presenta como el más trabajador de las historias del mundo mundial.

Es descorazonador pensar en esto, y la impresión y posterior colapso que sufrimos cuando miramos por primera vez el calendario (por supuesto, nuestros ojos imediatamente buscaron deseperada, e inútilmente, los días en rojo) de 2005, fue mortal, al pensar lo que nos esperaba después de las navidades. Trabajo, trabajo y más trabajo.

No sé quien se inventó eso de que el trabajo dignifica, es que por muchas vueltas que le demos al asunto no nos acaba de cuadrar, por qué va a dignificar un concepto en el que no paramos de sufrir. A no ser que queramos ser como el santo Job, y no es nuestro caso, que nos parecemos más a Epicuro, no tiene ningún sentido.

Es curioso como no nos gusta trabajar, aunque nuestro trabajo sea el mejor del mundo, siempre estaremos mejor en nuestra casa, haciendo nuestras cositas, sin presión.

Aunque de la casualidad de que encima nuestro trabajo nos guste tanto como para ser un hobby, no nos gusta realizarlo para nadie y bajo el juicio de otras personas, de las que además, depende nuestra manutención.

Pero bueno tendremos que conformarnos y motivarnos para poder sacar las fuerzas necesarias y volver a trabajar el próximo lunes. Que esa es otra, cuando suena el despertador este día de la semana...¡Hala! Nos quedan cinco jornadas más por delante sin días rojos.

!Feliz fin de semana¡