Tropiezos
Ilusiones imposibles
Avirul, 19/11/2004
Por qué no nos tocará la lotería, en nuestra casa dicen que porque no le echamos, que es una verdad absoluta.
Pero cada vez que vemos el anuncio de la tele donde sale un señor repantigado en una piscina diciendo que es todo lo ex-malo que pasamos nosotros, nos entra una cosa, que recorre todos nuestros nervios, que desde luego aquí no sabríamos como describir. Pero sería genial poder estar en su lugar.
Diciendo que somos expreocupados por nuestro trabajo, nuestro sueldo, nuestra vida haciendo cálculos trigonométricos para llegar a final de mes, y un largo etcétera, con esa cara que pone de estar en el cielo, hay que ver el rictus ridículo que se nos queda a nosotros. De ilusión también se vive.
Aunque el dinero no da la felicidad, y eso lo sabemos, perfectamente, no por experiencia propia porque no tenemos un duro y no sabemos lo felices que seríamos con montones de dinero, porque conocemos el caso de personas muy ricas que no la encuentran nunca, pero bueno, a lo que vamos, que aunque eso lo tenemos claro, cuando vemos ese anuncio nos parece que sí, ilusoriamente, y nos emperramos en que cuando pase por nuestro lado otra persona vendiendo cupones de lo que sea le vamos a comprar.
El caso es que a pesar de todo, pasan los días y seguimos sin comprar el famoso boleto, y es que las costumbres son así, y nosotros sólo echamos a la lotería en Navidad y porque nos
obligan, porque sólo faltaba que se hicieran ricos todos los de la oficina menos nosotros, eso si sería insoportable que fueran ex de todo lo que padeceríamos nosotros eternamente. Hasta ahí podríamos llegar.
Pero el caso, es que la ludopatía no entra en nuestro imaginario, ni siquiera para un poquito, así que tendremos que seguir trabajando para comer todos los días, a ver si en alguna de aquella nos toca la lotería de que nos jubilen.