Tropiezos
Pilotos automáticos
Avirul, 05/11/2004
Salimos de trabajar, cansados y estropajosos, nos dirigimos a nuestro coche, por una vez en nuestra vida no dudamos, avanzamos con paso firme hasta dónde lo aparcamos esta mañana.
Llegamos allí y hay que mover tropecientos coches en doble fila para sacar el nuestro. Un alma caritativa nos ayuda con el primero pero luego sigue a lo suyo. Menos mal que un policía nos ve y por una vez, en lugar de extendernos una bonita receta nos ayuda a seguir empujando, uno, dos, tres, conversación de compromiso. Llegamos a dónde se suponía que estaba nuestro coche y sorpresa... No está. Nos quedamos locos. Y no se nos ocurre otra cosa que decir... “Pues ahora no sé dónde tengo el coche”.
El Policía nos mira con cara de “Esto es una broma, dónde está la cámara”. Echamos un vistazo rápido con una gran desesperación y encontramos nuestro coche justo dónde comenzamos el señor guardia y yo a empujar buenamente. Menos mal que el señor con gorra y estrellas es bueno y a pesar de que sabemos que está pensando continuamente en detenernos aptos para cualquier psiquiátrico, sigue ayudándonos.
Este es un ejemplo de que los pilotos automáticos no sólo existen en los aviones, nuestro cerebro de vez en cuando lo pone y no precisamente para salvarnos la vida.
Hay que ver el juego que da nuestro coche, porque oye, es pensar en él y se nos ocurren mil situaciones de piloto automático, como aquella vez que íbamos tranquilamente al trabajo después de una estupenda comida de amigos y de repente nos encontramos frente a la puerta de casa. Pero bueno que hacemos aquí, encima que vamos con el tiempo pegado a los
talones nos dedicamos a recorrer media ciudad a tontas y a locas.
Es que lo nuestro no tiene nombre, a ver como explicas luego en el trabajo que es que no sabes como ha pasado, que hemos subido al coche y nos ha exorcizado por el espíritu de los pilotos automáticos, qué, qué, sí, sí, mucha risa, pero éste es uno de los mayores misterios de la ciencia, tan grande o más que el del Triángulo de las Bermudas.