Mañana queramos o no tenemos BODA.

No teníamos bastante con que nos invitarán a todas las propias y de la contorná, como para tener que subvencionar otra de gran abolengo. Y no sólo pagarla sino que la tenemos que soportar queramos o no. Es una pena. Y eso que decían que después de los atentados iban a ser comedidos, no nos podemos imaginar como serían si no hubiésemos pasado por ese triste episodio. Porque a dos meses del 11M no nos podemos creer que hayan engalanado Madrid como si fuese Las Vegas, porque hay que tener además de cara, mal gusto.

Que más que una boda real parece un Cabaret. Y mira que nos estamos negando durante mucho tiempo a hablar sobre este evento pero cuando hemos puesto las noticias hoy nada más levantarnos no nos hemos podido contener al contemplar semejante derroche de chabacanería. Pero bueno, que horror. Además, es un sentimiento unánime en el resto de seres humanos con quienes hemos contrastado opiniones.

Lo único que nos falta por recabar es el dato de quien ha dado la orden para hacer este
desaguisado que no tiene nada que ver con el sentir del pueblo español. Aunque también es verdad que no es de extrañar teniendo en cuenta que la casa dónde van a vivir estos señores, a costa de nosotros, es como para ponerla en una carretera de tercera y colgarle un cartel "Se venden quesos y vino".

Es que no tiene nombre. Encima que los mantenemos tenemos que soportar que hagan con nuestro dinero esta suerte de desatinos varios. Cuando cualquier hijo de vecino tienen que ahorrar media vida, sino la vida entera, para poder vivir en pareja en una casa medianamente digna.

Con las mejores de nuestras intenciones les deseamos eterna felicidad a los contrayentes pero que se subvencionen ellos.