Austria, con 8,8 millones de habitantes, está considerada como una de las economías más estables de Europa. El país se apoya en una fuerte red de pymes, posición geográfica estratégica y un gasto significativo en investigación y desarrollo. El crecimiento del PIB en 2019 fue del 1,6% y, según las previsiones actualizadas del FMI del 14 de abril de 2020, se prevé un repunte a 4,5% en 2021, tras la caída en 2020.

El entorno para los negocios sigue mostrando solidez y garantías, tal y como demuestra su posición 27 entre las 190 economías incluidas en el último informe Doing Business (2020) del Banco Mundial.

Además, el país ha sido un ejemplo de gestión de la crisis sanitaria del Covid-19, lo que le ha permitido crear de forma más rápida y mejor las condiciones necesarias para reactivar la economía nacional.