Valencia, primera ciudad del mundo que verifica la huella de Carbono
Valencia cuenta con un informe que verifica el impacto medioambiental de su actividad turística.
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Presentación del informe (Foto Ayto. Valencia)
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Este documento, que además ha sido certificado por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), contempla datos como, por ejemplo, que la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por la actividad turística equivale sólo a la tercera parte de la huella de carbono generada por el consumo de alimentos de todos los habitantes de la ciudad. «Con el estudio, valoración y actuación al respecto de este y otros muchos datos del citado informe, la ciudad se convertirá en un referente mundial, como uno de los principales destinos sostenibles», tal como han informado la vicealcaldesa y concejala Sandra Gómez, y el concejal de Turismo, Emiliano García.
El objetivo final de este trabajo, fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Valencia y Global Omnium «es desarrollar la estrategia de Turismo Sostenible de la Ciudad de Valencia y conseguir en el año 2025 las emisiones de la actividad turística sean neutras». Para ello se reducirán un 40% las emisiones y se llevarán a cabo actuaciones medioambientales, como por ejemplo humedales, para compensar el 60% de las emisiones restantes, según han explicado los concejales que han dado cuenta del informe junto al consejero delegado de Global Omnium, Dionisio García.
Huella de carbono
La vicealcaldesa Sandra Gómez ha concretado que con este estudio, “pionero en mundo”, Valencia se posiciona como un destino turístico que puede calcular la huella de carbono de sus visitantes y, por lo tanto, realizar las acciones compensatorias necesarias para ser el primer destino turístico del mundo con un impacto medioambiental cero».
En este contexto, el informe también se contempla la realización de un plan de reducción de la huella de carbono con la reducción de consumo directo de combustibles derivados del petróleo, la mejora de la eficiencia energética y disminución del consumo de energía procedente de fuentes no renovables, y el consumo y correcta gestión de productos, bienes y servicios, cuya fabricación y logística para el transporte conlleven la menor emisión de gases de efecto invernadero, potenciando la economía local y circular, desarrollando y gestionando un etiquetado de proximidad de forma que el consumidor conozca el impacto del producto sostenible, seguro y saludable que está adquiriendo.