El aeropuerto de Almería cumple 45 años el mañana miércoles. Concebidas originalmente como motor para el desarrollo turístico y logístico de la provincia, estas instalaciones han jugado un papel fundamental no sólo en ese ámbito, sino también en el impulso a la economía local en general.

Muestra de ello es que, desde que se inauguraran, la cifra de pasajeros se ha multiplicado por más de 40, mientras que la de vuelos lo ha hecho casi por 10. Gracias a esa evolución exponencial, este aeródromo genera hoy actividad para 60 empresas y 900 empleos directos e indirectos. Aunque sólo sea desde una perspectiva anecdótica, el vínculo que esta infraestructura ha mantenido históricamente con la economía de la provincia se hizo patente ya durante el propio proceso de construcción. Y es que, en pleno movimiento de tierras, sirvió de escenario improvisado a una de las industrias más pujantes de la época: el cine.

El aeropuerto de Almería se inauguró el 6 de febrero de 1968, tras acometer una inversión cercana a los 350 millones de pesetas. El primer vuelo comercial aterrizó dos días después, a las 17.30 horas, procedente de Madrid. Era un avión Fokker F-27 de Iberia que llegó con sus 38 plazas ocupadas.

Los vuelos con la capital de España ya adquirieron una frecuencia diaria en abril.

Posteriormente, se incorporaron conexiones con destinos como Murcia, Barcelona o Melilla y, en julio de 1970, se inauguró la primera línea aérea internacional regular: Almería-Valencia-París.

En la primavera de 1974 lo haría otra con Londres, y en verano de ese mismo año se iniciaron las operaciones de vuelos chárter con distintas ciudades europeas, que aumentarían de forma progresiva.