El presidente del puerto de Barcelona reconoció la pérdida de cuota de mercado que ha experimentado el ferrocarril para el tráfico de mercancías en las últimas década, pasando en 1970 de un 11,7% a un 2,8% en 2004. “Con estas cifras la única posibilidad es aprovechar las oportunidades para incrementar este share, invirtiendo tanto en infraestructuras como en servicio”. En ese sentido, recordó que a finales de este año el puerto de Barcelona estará conectado con Francia con ancho de vía europeo, apostando así por los criterios de merado y la eficiencia. De hecho, Cataluña, como otras muchas comunidades autónomas españolas, está apostando por el eje que defiende Ferrmed, que se posiciona como una alternativa a “la distribución de cargas desde Far East al resto de Europa”. Aunque, el Mediterráneo parece la alternativa obvia, el hecho es que sólo uno de cada cuatro contenedores que van desde Far East a Milán lo hacen a través del Mediterráneo y el resto eligen puertos del norte de Europa como Rótterdam.
El compromiso del puerto de Barcelona por el ferrocarril se refleja en el interés por mejorar sustancialmente la oferta Barcelona-Madrid-Lisboa y Barcelona-Zaragoza-Vigo y también la conexión con el norte de Europa, con Lyon inaugurada recientemente, y con otros dos destinos franceses (Tolousse y Burdeos) a finales de este año. “Nuestras incursiones en los corredores ferroviarios están siendo un éxito, con la terminal ferroviaria en Zaragoza y en Madrid y el porcentaje que tenemos en Perpignan, así como nuestra participación en Toulouse y la propia Zona de Actividades Logísticas del puerto de Barcelona”, señaló Valls.
Tanto es así, que en los cuatro primeros meses del año el tráfico ferroviario en el puerto de Barcelona creció un 60% y en 2009 y a pesar de la crisis, un 13%. Crecimientos más que notables experimentan en los cuatro primeros meses del año tráficos como los coches, con un aumento del 50%, y los graneles, con crecimientos similares.
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Asistentes a la jornada organizada por la APB
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Jordi Valls reconoció que Barcelona no es un puerto con vocación de trasbordo, que representa en torno al 30% del tráfico total del recinto, y aseguró que hay en el Mediterráneo otros puertos mejor posicionados para atender esta demanda, como Algeciras o Málaga. Sí hizo hincapié a la necesidad, cada vez mayor en un entorno de gran competencia, de incrementar el tráfico del hinterland, la importación y exportación.
“Para ello -añadió- debemos ser más productivos y acompañar al sector en la reducción de costes, al tiempo que mejoramos la conectividad de infraestructuras con los puertos más cercanos de Italia y de África y especialmente en el ámbito ferroviario”. “De hecho -continuó- el short sea shipping ha tenido en Barcelona un buen comportamiento. Tenemos dos servicios con Génova, tres con Livorno, uno con Grecia, uno con Túnez, cuatro con Tánger y uno con Agadir y el tráfico de pasajeros ha crecido un 21%, mientras que el de toneladas, lo ha hecho un 14%”.
Por otro lado, Valls reiteró la “absoluta necesidad” de cooperar en la reducción de emisiones de CO2: “Los puertos mediterráneos podemos realizar al menos tres contribución al medio ambiente y a la eficiencia: reduciendo los días de navegación, reduciendo así la emisión de CO2 y reduciendo la congestión de infraestructuras. Un posible escenario para 2020 apunta que las emisiones europeas de CO2 en relación a los tráficos del Far East podrían crecer entre un 160% y un 180%. Si se mejoran las infraestructuras y se apuesta por reducir el CO2, hay grandes oportunidades para los puertos del sur de Europa”, concluyó.