ACTE y CBRE presentaban el miércoles en el marco del Salón Internacional de la Logística los resultados del decimosegundo estudio del mercado logístico, un análisis en el que se constata que los cambios geopolíticos, la creciente globalización, la población y las nuevas tecnologías e innovación marcan de lleno y de forma inmediata la forma de hacer logística.

Ramón Valdivia diferenció tres pilares de la cadena de suministro: el transporte en todos sus modos, la logística en todas sus funciones y la inmologística. Además, explicó de que mantera la guerra en Ucrania, los efectos del Brexit, los bloqueos en la frontera francesa o las dificultades en el Canal de Panamá, el Canal de Suez y el paso noroeste están incidiendo en el transporte y la logística a nivel internacional. “La sequía en el Canal de Panamá es un gran problema y las alternativas, que podrían ser Guatelama, Honduras o Nicaragua, no están operativas. También en el Canal de Suez hay serios problemas con los ataques de los hutíes del Yemen a los buques mercantes. Se podría optar por la ruta de la seda, un tren que conecte China con España en 21 días. Sin embargo, mientras que el trayecto hasta Irún se realiza en 15 días, debido a los retrasos del sector ferroviario en España el recorrido entre Irún y Madrid se puede prolongar hasta 3 días”, apuntó.

En esta misma línea el Brexit sigue perjudicando la import-export en el Canal de la Mancha y no termina de arrancar la relación con el norte de África “a pesar de que en Marruecos comparten en al ancho de vía de Europa y existiría la opción de meter trenes en barcos como ya se viene haciendo entre México y Estado Unido”.

En cuanto al reparto de modos el dibujo no ha cambiado mucho. De acuerdo a los datos de 2019, el año prepandemia, de los 530.000 millones de euros que se gestionaban en España en import-export, el 54% se transportaba por carretera, el 33% por barco, el 6% por aéreo y en su mayoría en las bodega de aviones de pasajeros y apenas el 2% por ferrocarril.

En este contexto, aseguró que la clave radica en la capacidad de adaptación al cambio, considerando que globalización, demografía y tecnología definen el futuro. La cadena de suministro es cada vez más grandes, entramos en unos procesos de abastecimiento y distribución globales y, sin duda, cada vez somos más verdes. El vector de la población es esencial. Según este estudio presentado por ACTE en apenas unos años el 80% de los trayectos que se realicen serán en un radio inferior a 60 kilómetros, de manera que se genera un problema añadido el DUM (Distribución Urbana de Mercancías), que, sin duda, se tendrá que beneficiar de las nuevas tecnología, la innovación y la Inteligencia Artificial.

Así, una de las claves para la inmologística que identifica la última milla, con el condicionant de que la calve está en el transporte y no en la infraestructura. También el tamaño influirá. El gigantismo de los buques y también el de los camiones, con la inminente entrada en servicio de los primeros megatrucks y duotrailers de hasta 75 metros de longitud, obligarán a adecuar almacenes e instalaciones y también a definir rutas prestablecidas para estos grandes vehículos.