Transporte Terrestre
Carta abierta de Julio Villaescusa, Presidente de FENADISMER
Sí algo nos ha demostrado la borrasca Filomena, es que una vez mas los transportistas siguen siendo los grandes “olvidados” de nuestra sociedad. Los ciudadanos se escandalizan cuando unos pocos miles de conductores particulares permanecen bloqueados 12 horas en la carretera, y tienen razón para estarlo, pero no parecen mostrar la misma sensibilidad cuando decenas de miles de conductores profesionales permanecen retenidos contra su voluntad en un margen de la carretera más de 72 horas seguidas “embolsados”, cómo ahora lo denominan oficialmente, como si de un paquete de comida se tratara.
Estos mismos profesionales de la carretera son los de los que durante las navidades permanecieron una semana atrapados en las pistas de un aeropuerto abandonado o en una cuneta de una autopista en el Reino Unido O los que cuando se produce cualquier conflicto o manifestación en la carretera son los principales perjudicados, sin que en ningún caso se organice operación alguna de salvamento para ir a rescatarlos.
Pero a su vez son los que hoy, con mucha dificultad y riesgo para su seguridad, están transportando los alimentos necesarios para que las ciudades no se queden desabastecidas después de las nevadas, los que están llevando miles de toneladas de sal para que los servicios municipales pueden eliminar el hielo de las calles, los que están suministrando los combustibles necesarios para que ninguna casa se quede sin calefacción; en definitiva, los que prestan el servicio esencial que la sociedad aún no ha sabido reconocer.
Julio Villaescusa Izquierdo
Presidente de FENADISMER