2020 pone a prueba la flexibilidad de Iberia en su año más complicado
Iberia despide 2020 como el año en que lo normal se ha vuelto extraordinario y viceversa, y su capacidad de adaptación -como la de otras muchas empresas- se ha puesto a prueba como nunca antes.
La aerolínea empezó 2020 con un gran impulso: resultados históricos en 2019, nuevos uniformes, la apertura de las rutas con Washington, El Cairo y Lubliana, vuelos diarios a Tokio y Puerto Rico, la incorporación de nuevos aviones A350 y A320neo y la renovación del servicio a bordo, entre otros proyectos, pero el Covid obligó a reinventarse de un día para otro.
Ante la situación excepcional creada por la pandemia y las restricciones al tráfico de pasajeros adoptadas por la mayoría de los países, desde el principio Iberia puso en marcha distintas medidas en el ámbito laboral, operativo y de protección de la salud para asegurar su sostenibilidad y, además, contribuir en todo lo posible en la lucha contra el Covid.
Desde el primer momento, la compañía implantó medidas de ahorro y contención de costes, como la congelación de todas las contrataciones externas y servicios de consultoría, la cancelación de gastos discrecionales, el aplazamiento de formación corporativa y la supresión de todos los gastos no esenciales, entre otras.
Además la firma se acogió a los ERTE de fuerza mayor aprobados por el gobierno en todas las
áreas de negocio.