Séptima reunión del Grupo de Expertos en Operaciones Ferroviarias (GEOF)
Responsables de la operación ferroviaria de Metro de Bilbao, Euskotren, ETS, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV), Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), Metro de Málaga, Metro de Granada y Renfe Operadora, con el apoyo técnico de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, ponen en común el incesante trabajo iniciado durante la crisis sobre medidas para la seguridad y el impulso de la movilidad en el modo ferroviario.
Los operadores han constatado que el actual reparto modal muestra una situación general en la que la carretera, en los accesos a las ciudades, está registrando una recuperación del 70-75% de la movilidad en vehículo privado, mientras que los operadores ferroviarios registran ratios del 30-35% de ocupación.
En este contexto, mantienen la estrecha colaboración desarrollada con las autoridades sanitarias y la mayoría de las medidas adoptadas durante la crisis. Se ha interiorizado que la situación no es estática y que se encuentra determinada por la evolución de la pandemia.
Retos actuales
Un aspecto clave es la recuperación de la confianza del cliente en el transporte público; aquí jugarán un papel crucial acciones de comunicación relevantes. Se hace necesario el restablecimiento de la cuota de mercado, pero, sin duda, preservando los requisitos sanitarios, como son la desinfección, el uso obligatorio de las mascarillas, etc. Todos estos retos incidirán en un aspecto determinante en la gestión de los operadores como es su financiación y liquidez.
Mantenimiento de las medidas implementadas durante la crisis
Con carácter global, los operadores constatan la necesidad de mantener gran parte de las medidas ya implementadas al principio de la crisis: los sistemas de limpieza y desinfección con virucidas y productos específicos innovadores, aplicados tanto en vehículos como en instalaciones ferroviarias o dependencias de las compañías; la señalización de espacios y flujos; la disponibilidad de expendedores de hidrogel; y, sin duda, el uso de la mascarilla, regulada finalmente como un elemento de obligado uso.
Las compañías también han incorporado una serie de medidas a la cotidianidad de sus trabajadores: dotación de hidrogeles, guantes, mascarillas, toma de temperatura, seguimientos precisos de la salud de las plantillas y realización de test clínicos de acuerdo a prescripciones médicas.
Certificado AENOR
Algunos operadores están trabajando en un certificado AENOR de protocolo frente al COVID-19. Esta validación puede poner de manifiesto el compromiso por ofrecer los más altos niveles de calidad en el desarrollo del servicio comercial que se ofrece; en suma, tratar de reducir riesgos y evitar contagios. Para su obtención se miden una serie de parámetros –puntualidad, comodidad, información al usuario, accesibilidad, seguridad, servicio ofertado, atención al cliente e impacto ambiental–, contenidos en la norma UNE EN 13816:2003. Este certificado se cimienta sobre este referencial.
Medidas innovadoras para combatir el COVID-19
Además de implementar medidas en mercado, los operadores están testando y apostando por iniciativas innovadoras y del campo de la investigación, tanto con recursos y conocimiento propio como recurriendo a expertos y centros de investigación de referencia en España. El intercambio de experiencias entre los operadores participantes en el grupo agiliza la toma de decisiones para adoptar o descartar unas soluciones u otras.
Destaca entre las iniciativas el “Diseño de una malla aséptica”, una reprogramación de los ciclos de material móvil, que permite la limpieza en cabecera de los vehículos y que tanto los trabajadores como los usuarios perciben de una manera muy favorable.
Algunos operadores están trabajando también con organismos de investigación de primera línea como el CSIC. Se testarán distintos proyectos con el fin de constatar su eficacia y que aseguren el sello higiénico sanitario. Se están realizando test y análisis en zonas y superficies de contacto con el viajero, en las que potencialmente pueden recogerse virus y bacterias. De igual manera se están realizando pruebas con filtros antes y después de procesos de desinfección, con el ánimo de comprobar si los virus se reactivan. En los próximos meses podrá disponerse de información precisa sobre el material genético del virus, su presencia, su cadena de ADN y la eficacia de los procedimientos de limpieza, desinfección y filtrados del aire.
La utilización de filtros que favorezcan la desinfección es otro aspecto que están tratando los operadores. No obstante, el uso de filtros como los EPA, de utilización en la aviación, presenta ciertos condicionantes en el modo ferroviario que pudieran incidir en pérdida de potencia de auxiliares, además de requerir bajadas y/o subidas en la temperatura de los vehículos.
Se están llevando a cabo limpiezas y desinfecciones con nebulizaciones envolventes, lo que asegura que se llegue a todos los niveles de los vehículos y que el gasto en productos sea menor.
El uso de desinfectantes innovadores no corrosivos evitará el deterioro de ciertos elementos de vehículos que viene detectándose de manera notable desde el inicio de la pandemia. Se está analizando el uso de productos basados en el peróxido de hidrógeno o el amonio cuaternario.
La utilización de aire ozonizado es una técnica que difiere del uso como tal del ozono, convirtiendo el proceso en oxígeno, y tiene como reto la desinfección de un tren en unos 10-15 minutos. Su uso, una vez superada la fase de test, podría permitir su aplicación tanto en ambiente como en superficies.
Por último, control de cargas en tiempo real: también se están llevando a cabo análisis de verificación y tratamiento de la información sobre el control de la ocupación de los trenes y futura información que se proporcionará a los viajeros a este respecto. A ello se añadirá el tratamiento de la imagen, lo que conseguirá unas aproximaciones con más del 97% de certeza. Actualmente se está ultimando la metodología, de cara a poder trasmitir en unos meses a los viajeros esta información sobre la disponibilidad de espacio en los trenes antes de su llegada a las estaciones. La información será igualmente de aplicación en situaciones futuras de alta ocupación por celebración de eventos y grandes concentraciones.
Medidas que “vienen para quedarse”
A corto y medio plazo, los operadores consideran que muchas de las medidas adoptadas durante la crisis permanecerán en la futura gestión y operación del transporte público; la mascarilla es una de ellas. Asimismo serán importantes el mantenimiento de las medidas de higiene, el uso de gel hidroalcohólico de manera frecuente, las tomas de temperatura aleatorias, las mamparas de separación entre trabajadores y con los clientes en los centros de atención, las limpiezas profundas y exhaustivas en los espacios de las estaciones y en el material móvil o el pago de los títulos de transporte con tarjeta, entre otros.
Comunicación y diálogo con los clientes
Si el reto fundamental es la recuperación de los viajeros y su confianza en el modo ferroviario y la seguridad que ofrece, una de las herramientas clave para tal tarea es la comunicación. Los operadores están diseñando intensas campañas y acciones de comunicación encaminadas a este fin. Es objetivo importante el diálogo con los clientes mediante encuestas de calado, en las que no sólo se obtenga su valoración de determinados aspectos y necesidades, sino que también se capte su percepción del servicio y del ferrocarril en general, de cara a la aceptación del ferrocarril como modo de transporte eficaz, seguro y sanitario biológicamente.