Los entornos de carga y descarga de los minoristas deben mejorar si se pone en riesgo la seguridad de los conductores. La Asociación Europea de Logística de Vehículos (ECG) está poniendo en marcha un proceso de escalada en favor de las empresas de transporte. “Si nuestros miembros no pueden resolver el problema de la inseguridad en las zonas de descarga por sí mismos, les ayudaremos, y cuando no encontremos una solución, nos podríamos ver obligados a proponer que la empresa deje de repartir”, sostiene Frank Schnelle, director ejecutivo de la ECG.

Según datos de un informe de la ECG publicado cada año, se ha registrado un aumento de los accidentes e incidentes relacionados con la carga y descarga de vehículos en los establecimientos comerciales, que en este momento ascienden a uno de cada diez incidentes notificados.

La ECG lleva unos años recabando información sobre incidentes. Con el fin de promover un entorno más seguro, se ha creado un grupo focal sobre las entregas en establecimientos minoristas y se han publicado las Directrices para una Carga Segura.

El principal motivo del aumento de los incidentes en estos establecimientos es que las zonas de carga y descarga no son seguras. Los proveedores logísticos informan de que la descarga suele realizarse en medio de calles con límites de velocidad de 50 o 70 km/h, donde los vehículos pasan tan cerca de los conductores que prácticamente llegan a rozarles a altas velocidades.

A diferencia de lo que ocurre con otros tipos de carga, el conductor de un transportador de vehículos de la industria de la logística de los vehículos terminados (FVL) no descarga su mercancía en el muelle de un almacén, sino en la misma calle.

La ECG está poniendo en marcha un nuevo procedimiento de escalada para las empresas de transporte con el objetivo de poner fin a este aumento de los incidentes. El proceso contempla unas directrices con fases de acción.

Johannes Alexander Hödlmayr, director ejecutivo de Hödlmayr International GmbH, dirige el grupo de trabajo:
“Creo que este proceso es fundamental para lograr el objetivo de nuestro grupo de trabajo: reforzar la seguridad de nuestros conductores y garantizar un entorno laboral seguro en el sector de la logística de los vehículos terminados. Como primer paso, los fabricantes de equipos originales y los miembros de la ECG deben ser conscientes de ello. Unos avances constantes y la recopilación de casos reales acelerarán y mejorarán nuestra actividad cotidiana”.

La primera fase del proceso es que la empresa de transporte encuentre una solución con su establecimiento local. La segunda es dirigirse al fabricante de equipos originales. En la tercera, la ECG ofrecerá asistencia.

“La ECG entablará un diálogo con el fabricante de equipos originales. De no encontrarse una solución, y como último recurso, podríamos vernos obligados a proponer a la empresa de transporte que deje de entregar vehículos a ese distribuidor”, explica Frank Schnelle.

“Sabemos que todas las partes interesadas del sector, tanto los fabricantes de equipos originales, como los distribuidores y las empresas de logística, desean la mejor seguridad para los conductores, y espero que nunca tengamos que tomar la medida de invitar a una empresa a que deje de descargar, pero, en última instancia, debemos priorizar la seguridad de los conductores”, afirma Frank Schnelle.

Johannes Alexander Hödlmayr: “Si somos capaces de colaborar y encontrar una verdadera propuesta de solución, obtendremos resultados. Estamos hablando de la salud y el bienestar de personas que intentan hacer escrupulosamente su trabajo: este es nuestro único objetivo”.

Por lo tanto, se ha creado un proceso de escalada que permitirá a los transportistas que no puedan acordar por sí mismos una solución para un emplazamiento inseguro acudir a la ECG en busca de apoyo. Este proceso se presentó a la industria del automóvil el 25 de febrero en un seminario web que contó con una nutrida asistencia.