La campaña de Navidades y Reyes ha sido especialmente problemática en el plano de la asistencia en carretera. Y es que, tal y como reportó este lunes la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte en España (Fenadismer), la Alianza de Auxilio en Carretera ha encontrado “graves dificultades” para gestionar el auxilio de vehículos eléctricos de manera eficiente y segura, algo que ha complicado -y lo sigue haciendo- su atención y traslado a talleres.

Y es que los servicios de auxilio y asistencia en viaje a vehículos eléctricos requieren diferente utillaje y equipos de protección individual para los operarios de grúas de auxilio e incrementan el riesgo de electrocución, intoxicación por gases y bloqueo de elementos. Además, una vez retirados a campas o bases de las empresas de auxilio hasta su traslado a talleres aumentan los riesgos de incendio, descarga de baterías que pueden producir nuevas averías e imposibilidad de manipulación de determinados elementos para la desconexión que, en muchos casos, no quedan cubiertos por las compañías aseguradoras, trasladando mayores responsabilidades a las empresas de asistencia.

La asistencia a vehículos eléctricos comienza a producirse más allá de situaciones anecdóticas sin que los riesgos de su manipulación estén definidos para el sector del auxilio en carretera. Y además, son vehículos que requieren de formación especializada para su atención ante siniestros y averías sin que su tratamiento se encuentre definido y tarificado de modo diferenciado por las diferentes compañías aseguradoras, plataformas de asistencia y clubes automovilísticos.

En este sentido se pronunció el portavoz de la Alianza, Xavier Martí, quien aseguró que “va a ser imprescindible que nos sentemos a tratar con seriedad este asunto si no queremos que estos vehículos queden sin auxilio en carretera ante los problemas que se plantean a nuestras empresas”.