En su exposición “Intermodalidad: ¿una dimensión añadida para las navieras de contenedores?”, Toft destacó que la intermodalidad puede complementar al “producto marítimo” en situaciones específicas.
En ese sentido, subrayó que esa cooperación será exitosa únicamente en el caso de que aporte valor al consumidor dentro de un servicio integral, favorezca las sinergias, reduzca el coste general del transporte y sea rentable. “Después de todo, queremos ofrecer el mejor servicio posible pero también queremos ganar dinero”, afirmó.
Recalcó, además, que el recurso a la intermodalidad por parte de las navieras debe responder a una serie de pre-requisitos adicionales: que garantice la entrega puntual de las mercancías y que genere un producto competitivo pero también rentable.
Insistió en que las navieras deben centrarse en los servicios marítimos y no ofrecer un sinnúmero de opciones intermodales pues perderían de vista su misión empresarial y limitarían su rentabilidad. Destacó, no obstante, las ventajas de transporte con barcazas, por su efectividad en materia de costes y su sostenibilidad, y del transporte ferroviario, del que elogió sus buenos tiempos de tránsito.
Instó a las navieras a “analizar en profundidad” su estrategia intermodal, y desarrollar una filosofía empresarial en ese sentido que les permita fijar parámetros que definan las condiciones que deben darse para que se recurra esa opción y las situaciones se emplea uno u otro modo de transporte.
Asimismo, Toft explicó que de los 12 millones de FFE que se prevé que Maersk Line transporte
este año, un 22% de las mercancías se habrán movido por ferrocarril, barcaza o camión.
En el caso concreto de Europa, Maersk Line desarrolla la mayoría de sus operaciones intermodales en el Reino Unido (30%), Alemania (22%) y en el este de Europa (14%). Bélgica, la Península Ibérica y Escandinavia suponen el 8%, el 7% y el 6% de las operaciones, respectivamente.
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El puerto de Amberes presentó sus nuevos servicios |
En el caso de la Península Ibérica, esas operaciones corresponden en un 82% al transporte terrestre y en un 18% al transporte ferroviario.
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Representante del puerto de Amberes durante su exposición |