El grupo A.P. Moller-Maersk, propietario de la naviera Maersk Line, ha emplazado a los buques de su flota “que carezcan de la velocidad adecuada” a que eviten navegar por el Golfo de Adén, en la costa oriental de África, dada la sucesión de ataques piratas que se han sucedido recientemente en esa zona.

Desde la compañía, explicaron que esa recomendación persigue “asegurar la seguridad” de sus tripulaciones, sus buques y sus mercancías e instaron a sus barcos a buscar rutas alternativas por el Cabo de Buena Esperanza y por el este de Madagascar.

“Sin embargo, dependiendo de la disponibilidad de naves escolta, estos buques pueden incorporarse a convoyes navales que transiten por el Golfo de Adén”, explicaron.

Según A.P. Moller-Maersk, este cambio en su política afectará principalmente a la operativa de sus buques cisterna. “Sólo tres buques de contenedores se verán afectados por esa política y esperamos limitar ese impacto con la recolocación de las naves”, apuntaron.

La compañía señaló que, en general, para las naves que transitan esas aguas entran en funcionamiento una serie de procesos de seguridad e indicó que siguen observando la situación y actualizando sus protocolos de forma regular.

“Creemos que la piratería en el Golfo de Adén es una amenaza para una serie de importantes rutas comerciales a escala internacional y, a consecuencia de eso, se trata de una cuestión de seguridad internacional. Debe ser abordada por las autoridades correspondientes y por la comunidad internacional. No es un problema que A.P. Moller-Maersk o que el sector marítimo pueda resolver por sí solo”, sostuvo Soren Skou, miembro de la junta directiva del consorcio danés.

Las navieras Maersk Line y Safmarine, que forman parte del grupo, disponen de oficinas propias en el puerto de Valencia.