Desde la compañía, explicaron que los contenedores serán utilizados como “modernos edificios” destinados a proporcionar de una “espacio recreativo seguro” para los escolares del área de Khayelitscha en Ciudad del Cabo.
“En las comunidades desfavorecidas de Sudáfrica hay pocos lugares que ofrezcan un espacio seguro para los niños una vez salen del colegio. Debido a la falta de instalaciones recreativas, muchos niños terminan en las calles, donde a menudo están expuestas al crimen”, explicó Amos Ziqubu, cofundador de LCA.
Explicó que la organización, creada hace seis años, ha identificado el uso de la bicicleta como un método “muy efectivo para transformar las vidas de estos niños” ya que permite enseñarles valores como el compromiso, la disciplina y la determinación, que consideran “muy importante para alcanzar el éxito en la vida”.
Además, destacó que se trata de una forma de transporte respetuosa con el medio ambiente a la vez que una “actividad deportiva saludable”. Los contenedores de Safmarine se utilizarán dentro del proyecto BMX Oval, que ofrecerá “oportunidades sostenibles y capaces de cambiar la vida” de los habitantes más jóvenes de las comunidades pobres de Sudáfrica.
Esos contenedores serán convertidos en talleres de trabajo en los que, entre otras actividades, se impartirán cursos de mecánica.

La donación de estas unidas forma parte del programa de la naviera “Contenedores en la Comunidad” por el que los contenedores ya retirados de Safmarine son reutilizados como “estructuras permanentes y sostenibles”.

Desde la puesta en marcha de esta iniciativa, a principios de la década de los 90, la compañía ha donado más de 8.000 contenedores antiguos a unos 2.000 proyectos, la mayor parte de ellos destinados a actividades educativas y sociales. Safmarine, que forma parte del grupo A.P. Moller-Maersk, dispone de oficinas propias en Valencia.