NYK y Akita Eisen KK prestarán servicio a plataformas eólicas en alta mar
La naviera Nippon Yusen Kabushiki Kaisha (NYK) y la compañía Aika Eisen KK, especialista en la gestión de remolcadores en la prefectura japonesa de Akita, han cerrado un acuerdo para la construcción y operativa de un barco auxiliar destinado al traslado del personal de las plataformas marítimas en alta mar.
Desde NYK, explicaron que el Gobierno nipón se ha fijado como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero en 2050.
En concreto, la generación de energía eléctrica aprovechando la fuerza del viento en el mar, es uno de los mercados emergentes, en ese sentido, y se prevé que se instalen en aguas del país estaciones capaces de producir entre 30 y 45 millones de kilovatios hasta 2040.
El nuevo 'crew tranfer vessel' (CTV) se encargará de transportar al personal desde las instalaciones de tierra hasta las plataformas en alta mar durante la fase de construcción y de operativa de las turbinas eólicas.
Con vistas al futuro, el grupo NYK busca promover sus proyectos vinculados con barcos 'crew tranfer vessel' aprovechando la experiencia atesorada por su colaboración con Northern Offshore Group en Suecia y con Akita Eisen KK en Japón.
La naviera NYK Line, que forma parte de la compañía nipona, está representada en Valencia por la firma Combalía Agencia Marítima.
NYK se une a un proyecto que estudia el uso de amoníaco como carburante
La compañía Nippon Yusen Kabushuki Kaisha (NYK) se ha unido a un proyecto global que persigue fijar estándares para el uso de amoníaco como combustible para el sector marítimo.
Esta iniciativa, puesta en marcha en abril, está impulsada por Lloyds Register (Reino Unido), el Maersk Mc-Kinney Moller Center for Zero Carbon Shipping (Dinamarca), el grupo A. P. Moller-Maersk (Dinamarca), MAN Energy Solutions (Alemania), Total (Francia)y Mitsubishi Heavy Industries (Japón).
Este proyecto está alineado con los objetivos de la Organización Marítima Internacional (OMI) que pasan por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector en, al menos, un 50% hasta 2050.
El uso de amoníaco como carburante no genera dióxido de carbono (CO2), de ahí que esté considerado como una opción de futuro que puede contribuir a limitar el impacto del sector marítimo en el cambio climático. Es más, se prevé que puedan reducirse a cero las emisiones si se emplea hidrógeno libre de CO2 como materia prima para el amoníaco.
"Sin embargo, fruto de la extrema toxicidad del amoníaco, las consideraciones de seguridad son cruciales para formular sus estándares de uso como carburante marítimo", comentó la naviera.